Responsabilidad Civil Y Hogar

Autopistas y personas protegidas por Quálitas: más allá del seguro obligatorio de responsabilidad civil

Laura Edith Islas Yáñez / Directora general, Revista Siniestro

En 1997, Antonio Adame comenzó su carrera en el sector asegurador. La delegación de Monterrey de la CNSF lo vio dar sus primeros pasos. Allí él intervenía en los arbitrajes y las conciliaciones antes de la creación de la Condusef (1999) y en cuestiones de inspección y capacitación después, pero en 2003 aprovechó un programa de retiro voluntario y abrió su despacho de asesorías y consultorías para compañías y asegurados. De 2008 a 2013, Antonio colaboró con Caminos y Puentes Federales (Capufe) en la revisión de pólizas. En 2017, el licenciado Brockman lo invitó a integrarse a Quálitas para impulsar un área exclusiva para cuestiones de autopistas. Desde entonces y hasta la fecha, nuestro entrevistado ha permanecido en dicha compañía. Hoy te compartimos lo que nos platicó sobre el proyecto en el que trabaja.

Al pagar el peaje en las casetas de las autopistas, normalmente se adquiere un seguro; sin embargo, había mucho desconocimiento y demasiada confusión acerca de cómo operaba esta protección, cómo se debía elaborar la póliza (condiciones) y cómo variaban los riesgos según el tramo carretero. Los errores estaban provocando una alta siniestralidad en algunos de esos seguros o una cobertura insuficiente en otros, así que las pólizas eran cada vez menos rentables para las aseguradoras y los asegurados. Al notar la problemática, Quálitas pensó en ofrecer un servicio que abarcara aspectos preventivos, reactivos y correctivos. Este proyecto ofreció excelentes resultados a Capufe y pretende hacer lo mismo por otras cuentas.

Para disminuir la siniestralidad, a Quálitas le ha funcionado muy bien detectar los puntos negros (espacios geográficos donde regularmente ocurren los accidentes), ya que esto le permite alertar a los asegurados, sugerirles medidas preventivas, como mejorar la señalización y las condiciones de la autopista, e implementar acciones con ellos. Para atender de manera oportuna los eventos, la compañía cuenta con más de 1100 ajustadores propios y tiene siempre presente que “no es lo mismo atender un siniestro en una ciudad que en una carretera”, lo cual es especialmente evidente cuando el accidente ocurre en una zona despoblada y durante la noche, pues surgen otro tipo de riesgos.

Antonio señala que hay dos tipos de factores que influyen mucho en la ocurrencia de los siniestros carreteros. Por un lado, están los humanos, que son los más relevantes, pues provocan más del 70% de los accidentes, e incluyen el exceso de velocidad, las fallas mecánicas y el uso de artículos distractores como el celular. Por el otro, se encuentran los externos, que abarcan condiciones climatológicas, como la lluvia y la neblina, y características o circunstancias propias de la autopista, como baches, objetos, movientes, derrumbes y caídas de barrera de paso.

El experto recuerda que en 2008 sucedió un siniestro que le llamó mucho la atención. Debido a la temporada de quemas agrícolas para preparar las tierras de cultivo, un humo denso había invadido la superficie de rodamiento (autopista) y, al verlo, un usuario se frenó bruscamente, provocando que la unidad que venía atrás se impactara con él, lo que a su vez generó una carambola de más de 35 vehículos rematados por un tractocamión de doble remolque. En esa ocasión, hubo bastantes lesionados y muchas pérdidas tanto humanas como materiales.

Por ley, todos los concesionarios o permisionarios de autopistas deben contar con un seguro de responsabilidad civil para que respondan por los daños que ocasionen a sus usuarios, sin que estos afectados deban participar con deducibles u otros conceptos, pues dicha póliza es independiente de la protección particular que cada vehículo tenga. De manera adicional, algunos concesionarios o permisionarios adquieren para el usuario una cobertura de responsabilidad civil, que le ayude a responder por los daños que ocasione a terceros, es decir, a la autopista o a otros usuarios. Las condiciones de dichas protecciones de responsabilidad civil autopista y usuario dependen de quien las contrata, ya que se trata de contratos de no adhesión.

Cuando existe y aplica la cobertura de responsabilidad usuario, esta se activa junto con la póliza particular del vehículo o hasta después de que se agota la suma asegurada del conductor responsable o incluso si la unidad no cuenta con su propio seguro obligatorio, según lo haya determinado el concesionario o permisionario en las condiciones. En el caso del siniestro recordado por nuestro entrevistado, sí existía una cobertura de responsabilidad civil usuario, así que se acudió a la autoridad para deslindar culpas, puesto que tanto el conductor que se frenó bruscamente como el campesino que provocó el humo habían participado en la generación de la carambola. Sin embargo, mientras el proceso de deslinde corría, cada compañía vio por sus respectivos asegurados. Al final, el costo del evento fue de varios millones de pesos.

Cabe recordar que por ley solo estaban obligados a tener una póliza de responsabilidad civil las autopistas y los vehículos de servicio público, como tractocamiones y transportes de carga, turismo o pasajeros; sin embargo, desde 2014 se estableció que todas las unidades de uso particular, usuarias de carreteras federales libres o de cuota, también debían contar con dicha protección. Esta medida se aplicó de manera gradual hasta que en 2019 abarcó a todos los modelos. A partir de ese año, los vehículos que no tienen el seguro obligatorio están sujetos a una multa de 20 a 40 días de salario mínimo, es decir, de 3500 a 7000 pesos aproximadamente.

Antonio explica que, al sufrir un siniestro en carretera, debemos seguir una serie de pasos:

  • Velar por nuestra seguridad y esperar la llegada de los equipos de rescate si hay lesionados. Si el vehículo lo permite, orillarlo hacia el acotamiento.
  • Señalizar el evento. Esto se debe hacer con muchísimo cuidado y de manera correcta (a cierta distancia) para evitar que otros conductores no tengan tiempo de reaccionar e impacten nuestra unidad.
  • Avisar a la aseguradora y dar la ubicación con la mayor precisión posible. En cualquier caso, el siniestro se debe reportar cuanto antes. Quálitas tiene una aplicación que localiza al usuario; sin embargo, es importante que este se acostumbre a observar su entorno, esté consciente de la ruta por la que transitaba y tenga una idea del punto kilométrico en el que se encuentra, para que pueda ofrecer referencias cuando informe a la compañía.
  • Solicitar el apoyo de la División Caminos de la Guardia Nacional. Como este organismo suele ser el primero en darse cuenta de la ocurrencia de un evento, es buena idea pedir su ayuda, en especial si se carece de señal o tiene algún otro tipo de problema para reportar el siniestro de inmediato.
  • No hacer tratos con los afectados y esperar tanto al ajustador como a la autoridad. Esto es imprescindible para deslindar responsabilidades e impedir abusos.

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