Elizabeth Ortiz / Directora comercial, LinZsurance contacto@linzsurance.com
Dada su relevancia para la salud, la práctica regular de ejercicio se posiciona como uno de los propósitos más frecuentes de Año Nuevo. Integrar el entrenamiento a la rutina diaria no solo favorece la pérdida de peso y el fortalecimiento muscular, sino también reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Por desgracia, las aseguradoras no suelen cubrir en las pólizas de gastos médicos mayores todo aquello relacionado con la actividad física, como las membresías de los gimnasios, a pesar de que practicar ejercicio ofrece numerosos beneficios y es una medida preventiva o terapéutica para diversas condiciones médicas, como:
Enfermedades cardiovasculares. Mejora la salud del corazón y la circulación sanguínea, reduciendo el riesgo de padecimientos cardiacos, hipertensión y eventos cerebrovasculares. Sobrepeso. Es esencial para el mantenimiento de una masa corporal saludable.
Diabetes tipo 2. Contribuye al control glucémico y mejora la sensibilidad a la insulina. Baja densidad ósea. Los ejercicios con carga, como el levantamiento de pesas, fortalecen los huesos y minimizan el riesgo de osteoporosis. Trastornos mentales. Libera endorfinas –neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo–, por lo que son parte integral del tratamiento de afecciones como la depresión y la ansiedad. Problemas de articulaciones. La realización de ejercicios de bajo impacto ayuda a mejorar la movilidad y reducir el dolor en personas con artritis.
Cáncer. Se ha evidenciado que disminuye el riesgo de ciertos tipos de cáncer y mejora la calidad de vida tanto durante como después del tratamiento. Falta de calidad del sueño. Favorece un sueño reparador en individuos con insomnio u otros trastornos de esta índole.
Afecciones neurológicas. Resulta beneficioso para algunos padecimientos, como la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple, mejorando la movilidad y la función cognitiva.
Males respiratorios. Optimiza la capacidad pulmonar y la función respiratoria en casos como, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Así pues, una estrategia eficaz para aminorar la siniestralidad y evitar aumentos desmedidos en las primas de seguros sería establecer acuerdos entre aseguradoras y centros deportivos, que podrían incluir la creación de planes personalizados de ejercicio para los asegurados, con los cuales se incentivaría la práctica regular de actividad física. AmeriHealth, una aseguradora en Nueva Jersey, da un ejemplo notable de la aplicación de una estrategia muy novedosa, pues recompensa a sus miembros con reembolsos de hasta 150 dólares por las tarifas de gimnasios al completar 120 sesiones de entrenamiento en un periodo de inscripción de 365 días.
Promover un estilo de vida activo no solo impulsa la salud de los asegurados, minimizando la probabilidad de que sufran enfermedades o lesiones, sino también disminuye tanto los costos asociados con las reclamaciones médicas como el impacto de es tas en la siniestralidad, lo cual es determinante para solucionar el grave problema del incremento desmedido de primas y fortalecer tanto la estabilidad financiera como el bienestar comunitario. Por tanto, es de vital importancia ajustar los criterios de cobertura para promover la práctica del deporte.
