Laura Edith Islas Yáñez / Directora general, Revista Siniestro
Entrevistamos a Humberto Riquelme, gerente de Suscripción de Reaseguro de Active Re, para que nos hablara de cómo influyen el apetito de riesgo y otros factores en el reaseguramiento. El reaseguro ayuda a las aseguradoras a distribuir sus riesgos para que conserven su fortaleza financiera. Aunque todo riesgo, dentro de los límites de la normalidad, es reasegurable por un precio adecuado, debemos considerar que el mercado de reaseguro es muy dinámico, pues cambia tanto su perspectiva de acuerdo con los resultados obtenidos en los años anteriores como su capacidad de reaseguro de acuerdo con el apetito de riesgo de las compañías.
Si el grado de exposición a un riesgo es muy alto y la prima es muy baja como para compensarlo, no todos los reaseguradores están dispuestos a brindar cobertura, pues su apetito por ese riesgo es bajo o nulo. En estos casos, aunque todo esté muy bien planificado, si quienes aceptan el riesgo no cubren la totalidad de este con su capital, hay una falta de capacidad de reaseguro. Cuando el dinero aportado por los reaseguradores es suficiente para cubrir un riesgo, hay capacidad de reaseguro.
Los reaseguradores tradicionales no suelen cubrir ni los riesgos de ciberseguridad, que abarcan desde ataques a sistemas de cómputo hasta ni de fallos tecnológicos como el incidente de CrowdStrike que afectó a varios Aeropuertos en el mundo, ni ciertos riesgos climáticos, como las inundaciones causadas por los huracanes Milton, Helene y John en la Florida, pero lo pueden hacer a través de divisiones muy especializadas de ese tipo de riesgos. La falta de apetito de riesgo, debido al efecto de los recientes siniestros, produce poca competencia y primas muy altas. Tampoco los riesgos bélicos, políticos, de pandemias y de desglobalización son reasegurables normalmente.
Para que un riesgo sea aceptable al momento de reasegurarlo, la información relacionada con él debe ser clara y transparente, pues así se mitigan las dudas del reasegurador, quien no ve el riesgo en persona. De esa información depende la evaluación muy bien definida y detallada del riesgo para colocar de forma adecuada las capacidades del reaseguro, evitar las acumulaciones y diversificar los riesgos. La tecnología permite mandar y recibir un informe muy completo del riesgo con fotos, ubicaciones, protecciones, distribución de edificaciones y detalles de sus protecciones.
Para confiar en que el riesgo a reasegurar fue bien suscrito desde el principio por la aseguradora, Active Re se fija, por ejemplo, en la actitud y forma de trabajar del bróker o intermediario de reaseguro y en la relación que ha mantenido con él o con la aseguradora, por lo cual actúa y analiza con más cautela una propuesta cuando no conoce al interlocutor, pues este es un negocio de personas a pesar de la tecnología.
La capacidad de retención de las aseguradoras también es muy importante para Active Re. Por eso, esta compañía no acepta un riesgo si la aseguradora no retiene un porcentaje adecuado de este, pues no se trata solo de que la aseguradora emita una póliza y transfiera el riesgo al reasegurador sin saber lo que está suscribiendo y sin responsabilizarse de nada. Cuando la aseguradora se involucra, da más confianza para suscribir el reaseguro.
Otro aspecto que se revisa antes de reasegurar un riesgo es la historia de los siniestros con la cuenta involucrada, pues tanto una elevada o frecuente cantidad de eventos cuyos montos a pagar sean pequeños como una baja o infrecuente cantidad de eventos cuyos montos a pagar sean muy grandes reducen el apetito de riesgo. Por supuesto, el costo de la siniestralidad se puede atenuar con un adecuado aumento en la prima.
Para las aseguradoras es vital contar con las reaseguradoras mejor evaluadas por las calificadoras mundialmente reconocidas, porque esto se traduce en el aumento de su margen de solvencia, libertad financiera y solidez. Los agentes deberían interesarse en este tema. Active Re recibió por primera vez una calificación de AM Best en 2017, la cual fue BBB y ahora es A, y está por recibir la calificación de una segunda empresa. Otras calificadoras son Moody’s y Standard & Poor’s.
Las calificadoras evalúan el nivel de confianza que genera una reaseguradora y la credibilidad que tiene ante sus clientes (aseguradoras) a partir de diversos parámetros, como gestión de riesgos, cumplimiento de la regulación, costos de operación, condiciones del mercado y diversificación de cartera.
