De acuerdo con Paul Murray, CEO de L&H Reinsurance en Swiss Re, la covid no ha terminado, pues tan solo en Estados Unidos se reportó un promedio de 1500 muertes semanales por esta enfermedad durante 2023, cantidad que se compara con los decesos por fentanilo o armas de fuego, por lo cual se prevé un escenario potencial de exceso de mortalidad que se extenderá durante la próxima década; sin embargo, podríamos evitar esto y volver a los niveles prepandémicos mucho antes si controlamos la covid con, por ejemplo, la vacunación de personas vulnerables. “A largo plazo, serán fundamentales los avances médicos, la vuelta a los servicios sanitarios regulares y la adopción de estilos de vida más saludables”, dijo el especialista.
El exceso de mortalidad mide el número de muertes sobre la cantidad esperada de decesos en una población determinada, que debería reducirse a cero cuando las principales causas de muerte se mantienen estables en un escenario de referencia a largo plazo. Las variaciones en el exceso de mortalidad se dan a corto plazo y reflejan acontecimientos clave, como un avance médico a gran escala o el impacto negativo de una epidemia relevante. Con respecto a la covid, el exceso de mortalidad general se mantiene por arriba de los niveles prepandémicos, pues en 2021, por ejemplo, se disparó por encima del rango registrado en 2019: un 23% en Estados Unidos y un 11% en Reino Unido.
Un análisis realizado por Swiss Re Institute estima que el exceso de mortalidad se mantendrá elevado de aquí a 2033 si se mantienen los factores subyacentes. Las enfermedades respiratorias, incluyendo la covid y la influenza, cardiovasculares, cancerosas y metabólicas son factores concluyentes del exceso de mortalidad actual y futuro.
En un informe, Swiss Re planteó un escenario optimista en el que las tasas de exceso de mortalidad regresan a los niveles anteriores a la pandemia en 2028 y en el que los avances médicos, como las inyecciones para perder peso y las vacunas personalizadas de ARNm para el cáncer, se combinan con un descenso del impacto de la covid y con un estilo de vida más saludable. La interacción entre la covid y las tasas de mortalidad cardiovascular inciden en el exceso de mortalidad por- que el virus agrava enfermedades como la insuficiencia cardiaca. La covid ha tenido un impacto indirecto en los sistemas de salud al retrasar las pruebas y operaciones cardiacas, ocasionando el infradiagnóstico y la falta de tratamiento de enfermedades como la hipertensión.
Un indicador importante para las aseguradoras es el exceso de mortalidad en la población general, que ya es preocupante porque los cambios en las principales causas de muerte requieren una reevaluación del riesgo adicional en las carteras de mortalidad. Las aseguradoras y las reaseguradoras disponen de herramientas que gestionan esta tendencia con medidas concretas, como la adaptación de la filosofía de suscripción, el apetito de riesgo y los supuestos de mortalidad en la tarificación y la constitución de reservas. Las aseguradoras pueden ser proactivas al orientar los programas de prevención para sus asegurados en un esfuerzo conjunto por apoyar una vida más larga y saludable.
