Siniestro Autos

Emiten su póliza y, en menos de una hora, se siniestra

Roxana Vélez Pérez / Coordinadora editorial, Revista Siniestro

Ricardo Ocádiz, socio director de AARCO Tecámac, tiene 23 años de carrera dentro del sector asegurador y compartió con nosotros un siniestro de autos que define como atípico, el cual es un ejemplo perfecto de lo que significa ser precavido y hacer valer tu póliza desde el primer minuto en que se contrata.

Este siniestro ocurrió en un municipio de Chihuahua. Alrededor de las 5:30 de la tarde de un viernes, tras revisar que todos los documentos estuvieran en orden, se emitió la póliza con forma de pago mensual, suma asegurada de 750 mil pesos, deducible del 5 % y prima anual de 15 mil pesos. Aproximadamente a las 6:20 de la tarde de ese mismo día, sin que hubiera pasado una hora desde la emisión, la promotoría recibió la alerta de siniestro de la unidad asegurada.

Aunque los fraudes por siniestros de auto, montados o apócrifos, están vigentes y la AMIS dice que dos de cada diez siniestros no deberían proceder porque presentan irregularidades, en este caso, el cliente y su esposa son personas honorables. Ella, una mujer de 50 años, iba manejando en carretera por una zona poco transitada, en la que no había buena señal, cuando perdió el control del vehículo, se salió del camino y dio unas volteretas. La mujer logró comunicarse con su esposo para decirle lo que había pasado. Él llamó al seguro y acudió a auxiliarla. Ambos esperaron la llegada del ajustador y las autoridades porque el accidente sucedió en un tramo concesionado. Las bolsas de aire se activaron y la unidad quedó destrozada. La valuación determinó que la camioneta presentó daños en más de un 65 %, así que se declaró su pérdida total. Los gastos por este siniestro fueron de casi 650 mil pesos.

En este tipo de casos, las aseguradoras consideran tres principios clave para determinar si una unidad puede o no ser reparada: estética, seguridad y funcionalidad. Si, de acuerdo con estos principios, se pone en riesgo al conductor asegurado o el costo de la reparación supera cierto porcentaje del valor del vehículo, la unidad es declarada como pérdida total.

Al validar la información del siniestro, mediante las grabaciones de la cámara de seguridad de la caseta de vigilancia del fraccionamiento donde vive el cliente, se corroboró la identidad del vehículo siniestrado, ya que se distinguía perfectamente el modelo, el color y las placas, lo cual constituyó la prueba fehaciente de lo que en seguros se llama preexistencia.

La asegurada viajaba sola y tenía el cinturón de seguridad puesto, así que solo presentó unos golpes menores. Su seguro de gastos médicos mayores cubrió los costos de la atención médica.

Ricardo dice que no es necesario tener el capital total de la póliza para contratarla, pues hoy las compañías ofrecen muchas facilidades de pago. En este caso, gracias a la liquidación de un recibo de menos de 2 mil pesos, la asegurada tuvo acceso a la grúa, el ajustador, los servicios médicos y la indemnización de su unidad.

La clienta actuó de manera responsable al circular en su vehículo una vez que se aseguró de que su póliza ya estaba emitida y pagada. Cabe destacar el trabajo del agente profesional certificado por la CNSF, quien realizó un trabajo correcto que inició con el aseguramiento del patrimonio y prosiguió con el seguimiento puntual del siniestro hasta que la clienta recibió el pago correspondiente.

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