VISIÓN FEMENINA FIANZAS

130 años de fianzas


Evolución, resiliencia y futuro de la reina de las garantías

Mtra. en Derecho Karla Nieto / Nieto.karla2@gmail.com

Un producto artesanal

En el vasto universo del derecho, pocas instituciones gozan de la longevidad y la relevancia ininterrumpida que ostenta la fianza de empresa en México. Con más de un siglo de existencia, este instrumento financiero ha evolucionado de manera paralela al desarrollo económico y los cambios sociales, legales y tecnológicos, adaptándose para brindar certeza jurídica en un sinfín de proyectos y obligaciones contractuales, judiciales, fiscales y laborales, entre otras materias.

En este dinámico escenario, la fianza sigue a la vanguardia, destacándose por su flexibilidad y su singularidad de ser un producto “artesanal”, lo que facilita su emisión en diferentes contextos. Cada póliza puede diseñarse de acuerdo con las particularidades de la obligación que garantiza. Esta versatilidad se convierte en fortaleza en el siglo XXI, el cual está marcado por la personalización y la innovación. De este modo, la fianza demuestra su capacidad para adaptarse a los tiempos y las necesidades cambiantes del entorno.

A la vanguardia en los productos
Tras la publicación de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas (1950), se han establecido los ramos y subramos de fianzas y se han creado diferentes productos, como los de fidelidad, los fiscales y los penales. También surgieron los programas de proveedores, a través de los cuales la Banca de Desarrollo ofrece a las pequeñas y medianas empresas (pymes) un programa de apoyo como contragarantía, y nacieron, como una medida de control aduanero, las fianzas IMMEX para las empresas que operan bajo el Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación. Así, podríamos continuar mencionando la creación de diferentes productos. Además, no debemos omitir la actualización de los formatos de textos de fianza ante las autoridades del sector público.

Avances en la era digital

Las fianzas se han apoyado en la tecnología, para eficientar los procesos de emisión, operación, validación, control y reporte, lo cual ha reducido los tiempos de respuesta y los costos administrativos.

Aquí dos ejemplos de ello:

1. Emisión de fianza electrónica. Uso de sistemas para la suscripción de la garantía y la transición de la fianza física en papel seguridad foliado a la fianza electrónica (E-Fianza) en PDF y XML, lo cual ha reducido el número de fianzas apócrifas, emitidas incluso por afianzadoras inexistentes.

2. Uso de plataformas y diferentes dispositivos. La accesibilidad desde cualquier lugar para la autorización y el seguimiento de las fianzas ha mejorado la experiencia del usuario.

No obstante, aún falta mucho por hacer si consideramos las ventajas, los riesgos y los retos relacionados con, entre otros aspectos, las transacciones en el comercio electrónico; el uso de datos personales; la confidencialidad; la evolución del sistema judicial; los hackeos; la huella de carbono; la brecha digital; la automatización vs. la atención personalizada, y la inversión en medidas sólidas para proteger la información y mitigar las posibles desventajas.

Futuro y permanencia de las fianzas

Por más de un siglo, la fianza de empresa ha sido un instrumento sólido y confiable que, debido a sus especiales características, se volvió el principal respaldo de innumerables proyectos en el país. Tras una década de vigencia de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas (LISF, 2015), el sector de las garantías ha logrado fortalecerse y mantenerse como un pilar de certeza jurídica y confianza económica.

No obstante, en los tiempos venideros, en un mundo tan cambiante, se seguirán planteando retos. El futuro de las fianzas en México deberá seguir combinando el servicio, la innovación, la adaptabilidad legal, la tecnología y la sostenibilidad. Su flexibilidad y capacidad de reinventarse permitirán a la fianza seguir siendo el instrumento jurídico por excelencia para garantizar obligaciones.

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