Especial fianzas

Futuro prometedor para el sector afianzador

Laura Edith Islas Yáñez y Roxana Vélez Pérez

Directora general y coordinadora editorial, Revista Siniestro

Entrevistamos al licenciado Ricardo Ochoa, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, quien nos habló sobre cómo el pasado favoreció a la fianza, cuál es el papel de los agentes, qué retos u oportunidades tiene el sector y cómo será el futuro de las fianzas en nuestro país.

Dijo: “El pasado jugó un papel muy relevante para la fianza. Su origen en México se da en un contexto histórico que impulsó la obra pública y la inversión extranjera. Su desarrollo encontró periodos de gran estabilidad y crecimiento de la economía, pero cuando llegó la crisis de 1994, que se dio en todos los sectores económicos, se evidenció que las afianzadoras contaban con contragarantías no ejecutables. Con esto se perdió la calidad de la contragarantía”.

Mencionó que, a nivel mundial, el sector financiero buscó una regulación que se basara más en los riesgos. En México, la crisis de 1994 dio pie a los primeros pasos para establecer un sistema basado en riesgos, ver la solvencia de las instituciones, profesionalizar a quienes calculan los riesgos e incorporar métodos actuariales para el cálculo de, por ejemplo, las primas. Todo ello tenía el fin de fortalecer el sector.

Cuando se contrata a quien desarrollará un proyecto, se espera que lo cumpla al 100 % o que, si no es así, alguien responda por ello. La fianza hace esto último al compensar el mal desempeño o la falta de cumplimiento de la compañía contratada. Por tanto, las afianzado- ras mitigan los riesgos asociados a, por ejemplo, cualquier tipo de proyectos de infraestructura. Las fianzas administrativas, que están vinculadas a los proyectos de infraestructura, representan el 75 % del total de las fianzas, mientras que las de fidelidad abarcan un 18 %. Destacó que los agentes de fianzas juegan un papel importante, porque deben estar presentes durante todo el proceso de la fianza, y que requieren tanto entrenamiento como capacitación de las afianzadoras, las cuales deben tener equipos interdisciplinarios y más capacitados para gestionar ciertos tipos de riesgo. Durante el sexenio pasado se dio un auge del sector afianzador, que se midió a través de dos indicadores:

1. Monto afianzado en relación con el PIB del país. Que mostró un crecimiento gracias a los proyectos emblemáticos de infraestructura de la administración pasada y se percibe que las oportunidades seguirán surgiendo.

2. Monto de las emisiones de fianzas. Debido a que el modelo económico retomó el papel central del Estado en la actividad económica y la inversión pública. Comentó: “La economía retomará su dinamismo. Habrá oportunidades gracias a la estrategia del gobierno para abordar la inversión con el Plan México, el Programa Nacional de Energía y los proyectos de trenes de pasajeros, pues participarán tanto el gobierno como el sector privado”.
Acerca de los retos, mencionó: “Ya se emitió una reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y a toda la normatividad que la rodea. Ello hará que las afianzadoras compitan en precio de prima, suscripción rápida, respuesta ágil —usan- do la tecnología, como la IA, para analizar los contratos fuente— y pago expedito de los reclamos porque la lentitud ha sido una queja permanente en el sector”.
El titular de la CNSF ve un futuro prometedor para las fianzas por el dinamismo que tendrá la economía: “Hay grandes oportunidades que el sector debe aprovechar. Existen otros instrumentos de garantías, que no son las fianzas y se pueden utilizar. Si el sector responde de forma positiva, seguirá avanzando y contribuirá a que vaya hacia delante todo lo que se tiene planeado en inversión pública y privada; si se rezaga, perderá una gran oportunidad”.

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