SINIESTRO GASTOS MÉDICOS

La historia de un agente de seguros


Cuando el seguro salva vidas

Adrián Palacios Ramírez / Reportero, Revista Siniestro

Entrevistamos a Alejandro Salazar, agente de seguros con ocho años de experiencia, quien compartió con nosotros una historia muy personal: su experiencia como asegurado enfrentando un diagnóstico de cáncer testicular. Lo particular de su caso es que Alejandro no solo es agente de seguros, sino también su propio asegurado, lo que le permitió vivir el proceso desde ambos lados: el profesional y el personal.

El agente nos relató que, apenas unos meses después de iniciar su carrera, se convirtió en su tercer asegurado. Desde el comienzo, tuvo tres clientes con cáncer testicular y esta experiencia le permitió entender la importancia de la prevención, pues gracias a que uno de sus asegurados le recomendó realizarse autoexploraciones periódicas, Alejandro adoptó ese hábito que resultó crucial para detectar la enfermedad a tiempo, pues durante una revisión preventiva, sintió un pequeño bulto en uno de sus testículos. De inmediato acudió a un oncólogo, quien, tras estudios y una tomografía, le diagnosticó cáncer con metástasis en pulmones y ganglios linfáticos. En apenas una semana, recibió la noticia de que estaba en fase 3.

Estadísticamente, los hombres entre los 25 y 35 años tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer testicular, mientras que al acercarse a los 40 años, el riesgo de padecer cáncer de próstata aumenta, por ello, la autoexploración se convierte en una herramienta de prevención fundamental.

El impacto emocional fue enorme y en ese momento, pasaron por la cabeza de Alejandro muchos pensamien- tos y emociones: miedo, incertidumbre y preocupación por su hija de solo seis meses de edad, por su esposa y por el hecho de que él se consideraba un hombre saludable y sin hábitos de riesgo. La palabra “cáncer” ya era lo suficientemente fuerte, pero escuchar “metástasis” resultó aún más alarmante.

Lo que realmente le brindó tranquilidad fue contar con su póliza de Gastos Médicos. Alejandro enfatizó que, pese a todo el miedo, sabía que estaba respaldado. Su seguro le ofrecía una cobertura de 35 millones de pesos, un deducible de 24 mil pesos y un coaseguro del 10 %, con un tope de 55 mil pesos. Esto le permitió afrontar 20 quimioterapias y dos cirugías sin preocuparse por la carga financiera, algo que le dio una gran calma en medio de la tormenta. Además, su seguro le permitió elegir el hospital de su preferencia y recibir tratamiento en un entorno privado, acompañado de su familia, lo que hizo la experiencia más llevadera.

Hasta el momento ha utilizado un millón 250 mil pesos para cubrir las quimioterapias e intervenciones quirúrgicas, y aunque el siniestro aún no se ha cerrado, ha superado con éxito la fase más desgastante del tratamiento. Continúa con revisiones periódicas cada tres meses como parte de un seguimiento preventivo de cinco años; actualmente se encuentra en el tercer año de este proceso, con dos años más por delante para asegurar que la enfermedad no regrese.

Alejandro luce saludable, físicamente recuperado y lleno de energía para continuar su labor como agente de seguros.

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