Vida & Retiro

Ofrendas de amor en vida y muerte

Adriana Oropeza Flores / Directora editorial, Revista Siniestro

Se acabó el mes de septiembre. El ambiente ya empieza a oler a pan de muerto, cempasúchil, copal y flores. Si algo caracteriza a los mexicanos es su devoción y culto por la muerte. Somos un país de costumbres muy arraigadas y, aunque el Día de Muertos declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad se celebra hasta noviembre, desde octubre vivimos la fiesta, debido a la combinación de nuestras tradiciones con los disfraces del Halloween americano. Lo malo es que al parecer solo respetamos y cuidamos a los muertos, ya que la mayoría se la pasa cantando La vida no vale nada antes de colgar los tenis.

En agosto, la AMIS publicó los resultados del seguro de vida en nuestro país y mencionó que solo el 18% de la población económicamente activa en México cuenta con un seguro de vida individual. Por su parte, el Inegi menciona que en 2021 se registraron 1 millón 117 mil 167 defunciones, de las cuales al menos el 57.6% correspondió a hombres y al menos el 42.3% a mujeres. Este instituto también señala que el 92.4% del total de muertes se debió a enfermedades o problemas relacionados con la salud, destacando como causas más comunes los padecimientos del corazón, la Covid-19 y la diabetes mellitus, y que el 7.6% restante ocurrió por causas externas, como accidentes, homicidios y suicidios.

Tenemos una de las tradiciones más bonitas, pero unos gravísimos problemas de salud y un bajísimo porcentaje de aseguramiento en pólizas de vida. De hecho, la penetración de este tipo de producto en nuestro país es una de las más bajas en América Latina.

¿Qué pasaría si festejáramos y valoráramos la vida y la muerte de la misma forma? Si entregáramos las flores en vida y nuestras ofrendas consistieran en una buena alimentación mientras todavía respiramos, quizás el porcentaje de diabetes y obesidad en nuestro país bajaría, lo que disminuiría la cantidad de fallecimientos por enfermedades del corazón. Así como el 1 y 2 de noviembre sacamos las fotos de nuestros seres queridos fallecidos, honremos a los que siguen vivos y dependen de nosotros, a través de la suscripción o renovación de una póliza de vida o mediante la adquisición de un plan o seguro funerario, pues entre menos problemas dejemos a nuestra familia menos complicada será nuestra partida.

Recuerda que los costos funerarios van desde los 500 pesos mensuales hasta los 200 mil pesos en un solo pago, dependiendo del presupuesto y los gustos, así que, una vez más, la prevención nos ayuda a enfrentar el riesgo, ya que contratar estos servicios antes de necesitarlos puede ahorrarnos hasta el 50% del pago total.

Mictlantecuhtli es el señor de la mansión de los muertos y el creador del Mictlán, lugar donde, según los mexicas, las almas se dirigían a descansar. Para llegar a la morada del descanso eterno, las almas deben atravesar nueve niveles, después de los cuales se encuentran en paz con la vida que tuvieron y logran elevarse a un plano superior. Estoy segura de que, si al morir no previniste nada, durante tu viaje pensarás en que debiste haber contratado una póliza de vida y un servicio funerario para la paz y el descanso de los tuyos, quienes se quedaron con vida. ¿Por qué no les das una ofrenda de amor hoy?

Deja un comentario