Gastos Médicos Mayores

Cartas maternas de amor y agradecimiento

Adriana Oropeza Flores / Directora editorial, Revista Siniestro

Samuel y Mateo:

Después de cinco años de oración, un buen día supe que estaba embarazada y fui muy feliz. Unas semanas después supe que no solo era un bebé, sino dos los que venían en camino, y me recorrió una emoción inolvidable. Ahí empezó nuestra aventura, ¡mis bebés arcoíris!

Nunca he tenido más miedo en la vida que cuando ustedes nacieron, no porque no pudiera con dos bebés a la vez, sino porque llegaron antes de tiempo, a las 32 semanas de gestación, pues sabía que enfrentaríamos la travesía de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) y recordaba el enorme dolor que me dejó la estancia de su hermanita Ailyn allí. Desearía que ninguna mamá dependiera de la UCIN.

Ustedes eran tan pequeñitos, pero para mí ya eran unos guerreros, lo cual comprobé con el paso del tiempo. Cada día enfrentaban nuevos retos y mi corazón se rompía en mil pedazos cuando me enteraba de lo que estaban pasando, pero ustedes lograban superar todo y salir victoriosos. Cada aparato conectado que bajaba sus niveles o era retirado significaba una ganancia; cada mililitro de leche que toleraba su pancita era un avance enorme.

La UCIN les dio su primera cuna. Ustedes empezaron a comer por sonda, no del pecho de mamá, y nos enseñaron que hay héroes que no llevan capa: médicos y enfermeros. Recuerdo perfectamente el día que ellos me dijeron que podía llevarlos a casa, pues fue una mañana tan mágica como la de Navidad.

No ha sido fácil, mis pequeños guerreros, pero lo consiguieron. Nunca piensen que algo es demasiado para ustedes. Lograrán todo lo que se propongan. Nunca digan “nunca”. Ustedes han podido con todo y se robaron el corazón tanto de muchas personas en el hospital como de quienes oraron por su salud y los esperaban para conocerlos. Nunca se rindan. El cielo es el límite.

Los ama, mamá.

Aseguradora Bx+:

Aunque parezca inaudito, han impactado mi vida de manera incalculable. La empresa para la que trabajo brinda a su personal una prestación que yo jamás pensé que necesitaría y utilizaría; sin embargo, un buen día quedé embarazada de gemelos y se complicaron las cosas en la semana 32 de gestación, por lo que mi embarazo fue interrumpido y mis bebés entraron a la UCIN al nacer, donde durante 22 largos días fueron atendidos por los mejores especialistas, en uno de los mejores hospitales. Recibimos una excelente atención en todos los aspectos.

Por fortuna, mi seguro de gastos médicos mayores cubrió todo, pues yo solo pagué el deducible y el coaseguro, una cifra que no se compara con la del costo real, así que doy las gracias por tener mi póliza. Considero que, si me hubiera atendido en alguna otra institución hospitalaria, la historia sería diferente. Estoy contenta con mi final feliz, pues mis bebés están creciendo a mi lado. Ahora, siempre que tengo la oportunidad, recomiendo a la gente que adquiera un seguro de gastos médicos mayores, porque hace una gran diferencia tenerlo.

También he agradecido a los directivos de la empresa para la que trabajo por dar a sus empleados esta prestación, pues no solo la usé, sino además nunca terminaré de sentirme respaldada por ella. Espero que, en un futuro, todas las empresas brinden este beneficio a sus colaboradores, ya que fomenta un mejor porvenir para nosotros y nuestros familiares o seres queridos.

Les agradece, la mamá de Samuel y Mateo.

Las cartas que te mostramos fueron escritas por una asegurada de Leslie Cantú, promotora de Leal Consultores en Monterrey, Nuevo León. El siniestro se presentó cuando dos pequeños nacieron antes de tiempo y requirieron una hospitalización de veintidós días, ya que su mami desarrolló diabetes gestacional y había presentado preeclampsia en un embarazo previo, por lo que la situación era de alto riesgo.

La póliza es colectiva, ya que se trata de una prestación laboral, pero la empresa permitió que los colaboradores incluyeran a sus dependientes, por lo que la protección de cada bebé costó 2367.39 pesos. La aseguradora pagó alrededor de 1 millón 300 mil pesos por este siniestro y la mamá solo liquidó 70 mil pesos por el deducible y coaseguro de sus dos bebés prematuros que no habían desarrollado sus pulmones por completo. Tiempo después, ellos ingresaron de nuevo al hospital por una bronconeumonía que vencieron tras una semana de internamiento y tuvo un costo de más de 500 mil pesos.

Esta póliza tiene una siniestralidad alta, pero el dueño de la empresa y Leslie se preocupan por proteger la vida de los trabajadores, lo cual se observa en muchos otros casos relacionados con este seguro, cuyas historias quizás hubieran sido muy diferentes con la atención del sector público. Por eso, la asegurada agradeció a su jefe el gran apoyo que significa esta póliza.

Leslie nos cuenta que su profesión tiene un impacto social inimaginable. Ella se siente como una especie de profeta que tiene en sus manos el producto para ayudar a restablecer la salud y estabilidad financiera de muchas familias completas. Finalmente, cuando le preguntamos por qué decidió ser agente de seguros, nos comentó: “Cuando me convertí en mamá, mis hijos nacieron prematuros y yo no contaba con una póliza de gastos médicos, por lo que tuve que atenderme en el IMSS, así que decidí ser agente para difundir los beneficios de contar con una protección, sobre todo entre quienes planean embarazarse, para que sus hijos nazcan cubiertos”.

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