Ana Clemente / anaclemente@virsaseguros.com.mx
Estamos por finalizar 2022 y seguimos resintiendo las consecuencias de una pandemia que vino a marcar un antes y un después. Aunque los seguros en México siguen teniendo una baja penetración, la población cada vez toma más consciencia de sus riesgos por la información que compartimos en redes sociales y la masiva difusión de los siniestros. Los agentes de seguros podemos sacar ventaja de la situación, para ayudar a nuestros prospectos a reconocer y trasladar sus riesgos. Para tener un panorama del comportamiento y los intereses de los consumidores de seguros de daños, me permití encuestar a algunos colegas. Aquí te comparto algunos de los resultados.
Entre las coberturas más solicitadas, se encuentra la de robo ocupando el primer puesto. Esta tendencia se presenta tanto en las personas que buscan proteger los bienes de su hogar como en los empresarios. Mi experiencia como suscriptora corrobora que, en muchos de los casos, la intención de contratar una póliza empresarial se deriva de la necesidad de cubrir este riesgo, pues el aumento de la inseguridad en el país es preocupante y casi todas las aseguradoras otorgan la imprescindible protección solo dentro de una póliza empaquetada.
El segundo riesgo que perciben los clientes y suele motivar la compra de un seguro de daños es el de los fenómenos naturales, como los temblores y los huracanes. En México tenemos zonas con mayor exposición a estos sucesos y, por tanto, con mayor presencia del seguro, pues las personas buscan minimizar las pérdidas financieras que se deriven de una catástrofe natural.
El tercer riesgo en la lista de los hogares y las empresas es el de incendio o explosión. Si bien dentro de una póliza empresarial la cobertura de incendio marca la pauta para las otras, los asegurados se preocupan más por las pérdidas relacionadas con robos o catástrofes y, en muchos casos, solo contratan esta protección por la necesidad de satisfacer algún requisito para obtener un financiamiento o cumplir con la disposición de una autoridad.
En cuarta posición, aparece el deseo de proteger equipos, que en muchas ocasiones surge de la obligatoriedad de tener esta cobertura para conseguir un financiamiento o arrendar un lugar.
De manera sorprendente, el riesgo de daños a terceros es el menos importante para el cliente, lo que quizá se debe a que desconoce la magnitud de las responsabilidades legales que las personas o las empresas pueden adquirir mientras realizan sus actividades cotidianas. Considero que los agentes de seguros debemos enfatizar la importancia de cubrir este riesgo ante nuestros clientes, pues a lo largo de mis once años en el sector he visto responsabilidades frente a terceros, derivadas de un siniestro o una explosión, tan altas que la suma asegurada resultó insuficiente y el usuario terminó en un largo proceso legal y con un descalabro financiero.
Creo firmemente que el seguro es la mejor herramienta para prevenir la desaparición de los hogares y las empresas. Estoy convencida de que la capacitación continua es fundamental en nuestra actividad, porque los clientes solo son conscientes de algunos de sus riesgos y nosotros debemos estar preparados para protegerlos de las amenazas que ellos no perciben. Las empresas y los hogares mexicanos nos necesitan, aunque muchos de ellos no lo saben todavía.
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