Hay familias completas que se dedican a la noble profesión de llevar el seguro a todos y que pasan la batuta de una generación a otra, pues no hay nadie como la descendencia para cuidar el negocio que se forjó con el paso de los años. En esta ocasión, entrevistamos a tres exitosas y trabajadoras mujeres del sector asegurador, que han dedicado parte de su vida a fundar su propia promotoría, conseguir clientes y consolidar su presencia en el mercado y que han heredado a sus hijos el gusto por los seguros. Detrás de sus historias, hay amor propio, orgullo y lucha constante para salir adelante. Decidimos reconocerlas hoy por el ejemplo que representan para el sector y para su familia.
Graciela Rodríguez Gutiérrez
Permanecer por más de 30 años como agente de seguros y de fianzas ha sido el mayor de mis retos. Experimenté incertidumbre e inseguridad, pero el miedo a ofrecer un producto equivocado o no saber acercarme a las personas me llevó a capacitarme y especializarme. Lograrlo no fue fácil, pues hubo años de esfuerzo y dedicación, en los que a la par estudié la carrera de Administración de Empresas, pero siempre conté con el apoyo de mi familia. Mis hijos y mis dos hermanas han estado a mi lado.
Actualmente, Ana Graciela sigue mi ejemplo, pues es una agente de seguros disciplinada y exigente que logra sus objetivos y trabaja con pasión; Luis Carlos es director general y tiene un control estricto tanto de las finanzas como de las ventas, y Joaquín se ha hecho camino como asesor externo. Con ellos he compartido mis triunfos, mis viajes maravillosos por el mundo y sobre todo mis logros. Están preparados para seguir mi ejemplo y ayudar a las personas, por medio del seguro, a proteger sus vidas, su salud y su patrimonio, y a través de las fianzas, a cumplir sus obligaciones.
Tenemos la autorización de la CNSF para ser una empresa moral. Nuestra razón social es Rodríguez y Rábago Consultores, Agente de Seguros y de Fianzas, S. A. de C. V. Estoy satisfecha de haber logrado la permanencia y estoy segura de que mis hijos la continuarán excesivamente mejor con el gran equipo administrativo que tenemos. La frase que me define es “mi actitud positiva y mi espíritu alegre”.
Lupita Cano
Para mí, ser una agente de seguros significa el esfuerzo que conlleva día a día ser parte de un cambio cultural y una historia de legado de amor, que mi padre me regaló y que ahora transmito a mis hijos. Hoy ellos son parte de mi historia y tienen la firme convicción de apoyar a las familias a proteger lo que más aman. No es fácil mantener una empresa familiar, pero cuando se hace con amor, involucrando a las personas con fe y caminando de la mano de dios, se puede lograr.
Me siento plena en esta etapa de mi vida e invito a las mujeres a que sigamos haciendo el cambio y siendo parte de la historia de nuestro país y del mundo entero. Ser una agente de seguros es lo mejor que me pudo haber pasado.
Aida López
Mi carrera significa la forma de ayudar a las personas a cubrir lo que más aprecian: su familia, su patrimonio y su vida. Saber que mis clientes tienen estos aspectos protegidos y su vejez garantizada me mueve a seguir buscando más personas para ayudarlas.
Que mis tres hijos den continuidad al negocio es una forma de trascender y dejar huella en ellos. Me enorgullece que también les apasione ayudar a las personas a través del seguro. Haber sido un parteaguas en su vida es el mejor regalo. He visto a lo largo de mi carrera cómo muchas carteras se pierden y los clientes se quedan sin atención, por lo que creamos un esquema de sucesión para no afectar a nuestros asegurados.
Siempre hay una solución para cualquier situación. Solo hay que buscar opciones, un cómo sí. La vida es un reto que día a día nos hace ser mejores.
