Elizabeth Ortiz / contacto@linzsurance.com
Inicia el 2023 y ha llegado la hora de poner en marcha nuestros propósitos. Algunas compañías de seguros apenas empiezan a dar a conocer sus cuadernos de bonos e incentivos y muchos agentes fijan sus metas con base en ellos. Lo cierto es que pocos logran alcanzarlas. Varios asesores reciclan, posponen y replantean sus metas sin éxito, convirtiéndolas en una carga y no en una motivación; porque no las quieren, sino las tienen que alcanzar ya que lo que buscan es el premio y ser galardonados, más no precisamente lo que puede aportar valor a sus vidas: esa es la razón por la que no disfrutan el proceso de conseguirlas.
Una meta y un objetivo no son exactamente lo mismo. Los objetivos son los pasos que se dan para alcanzar una meta. Aquí se encuentra la raíz del problema: para obtener un bono o ganar una convención, se debe lograr un volumen de primas cobradas, lo cual implica prospectar, hacer llamadas, realizar campañas publicitarias, vender y mantener una buena gestión de la cartera, entre otras acciones. Muchos no ejecutan todas estas acciones, ya que cada una implica renunciar a horas de descanso, sueño, esparcimiento o convivencia familiar. Por eso es importante balancear las metas para mantener un equilibrio entre lo personal y lo laboral. Este equilibrio significa algo distinto para cada individuo. Además, por un lado, no todo el mundo es ca- paz de compatibilizar la dedicación y responsabilidad laboral con la capacidad de satisfacer las necesidades personales; por el otro, las exigencias de mantener una vida laboral y otra personal producen altos niveles de presión. Los factores emocionales y psicológicos des- empeñan un papel clave, porque a largo plazo pueden generar diversas enfermedades o dolencias, como el estrés, que se refleja en un marcado carácter irritado y en manifestaciones psicosomáticas; el síndrome del
desgaste, cuyos síntomas son la fatiga crónica y la in- eficacia; la depresión, que disminuye el deseo de realizar las actividades cotidianas, y la adicción al trabajo acompañada del insomnio, que perjudica la productividad.
Algunos hábitos concilian las diferentes áreas de la vida. Entre ellos se encuentran organizar las jornadas laborales con antelación, fijar objetivos claros a corto plazo, agilizar las tareas, aprovechar los picos de productividad, flexibilizar los horarios y asignar tiempo para el ocio o esparcimiento. No debe olvidarse que la salud y el bienestar personal no solo dependen del nivel de satisfacción en relación con el trabajo y la familia, sino también del estado del cuerpo y la realización de actividad física. Aunque todo esto, en teoría, es lógico y hasta obvio, significa un cambio de hábitos difíciles de romper y no sucede de la noche a la mañana, así que es primordial ser conscientes de ello y prestar una atención concreta y sostenida al cambio, sin desistir por el presente. No se puede llegar a ninguna parte sin conocer el punto de partida y sin tener una razón para llegar allí.
Este es un buen momento para preguntarte de quién son las metas que quieres lograr y qué sentido le darán a tu vida. Debes saber si trabajas para la aseguradora, para el cliente, para tu familia o para ti mismo. La vocación de servicio tiene que ver con el proceso de transformación interna que nos permite sentirnos útiles y no con dejar de lado nuestras necesidades o sentimientos. El egoísmo siempre ha tenido la connotación negativa de pensar tan solo en uno mismo, por lo que la sociedad inculca el valor de compartir con los demás; sin embargo, cuando alguien se olvida de sí mismo para complacer o atender a otro, la relación se desequilibra, generando culpa, frustración e insatisfacción. Por ello, los psicólogos recomiendan practicar el sano egoísmo, es decir, respetar las propias necesidades, sobre todo si los demás no lo hacen. Así que, antes de arrancar de lleno en este 2023, pregúntate: ¿Para quién trabajas?
