Karla Velasco Arciniega / Reportera, Revista Siniestro
El 30 de diciembre de 2022, nueve personas se intoxicaron al inhalar vapores tóxicos en un gimnasio de la Plaza Pedregal, los cuales probablemente se produjeron al mezclarse involuntariamente algunas sustancias químicas en el área de calderas. Cuan- do realizamos actividades de autocuidado en este tipo de locales, no esperamos que suceda algo así, pero debemos empezar a preguntarnos qué medidas de seguridad tiene y cuáles protecciones ofrece en caso de accidente el gimnasio en el que estamos inscritos o trabajamos. En esta nota hablaremos de ello.
De acuerdo con el Inegi, el 39.6% de la población de más de 18 años realizaba ejercicio en 2021 y el 73.9% lo hacía por salud física; según los censos económicos, en 2018 había 44 mil 297 establecimientos de actividades físicas deportivas, que cumplían con los parámetros establecidos para ellos. Debido al incremento del ejercicio con respecto a 2020 y 2019, especialmente entre los jóvenes, es primordial que tales lugares cuenten con las medidas necesarias para que las personas se sientan seguras y, en caso de siniestro, reciban la atención médica adecuada.
En un gimnasio hay múltiples riesgos. Si buscas en la red, encontrarás ejemplos de siniestros que ponen en peligro la integridad de la gente. Por ello, registrar o tener un gimnasio no consiste simplemente en invertir en el equipo o el personal calificado para cada actividad, sino también en tener toda la documentación en orden –como la solicitud de per- miso para un local de bajo impacto, la autorización del programa interno de protección civil y el visto bueno de seguridad y operación– y proteger tanto a los usuarios como al equipo de trabajo con una póliza de responsabilidad civil.
Hay varios tipos de coberturas para gimnasios, cuya contratación depende del tipo de protección que el asegurado quiera obtener y ofrecer. A grandes rasgos, existen pólizas de responsabilidad civil tanto de actividades e inmuebles como de daños. Las primeras protegen los equipos que se prestan a los clientes, los cuales podrían romperse o causar alguna lesión o daño debido a su desgaste, y las segundas cubren tanto lesiones corporales, enfermedades y muerte como deterioro o destrucción de los bienes por consecuencia directa e inmediata de los daños ya mencionados.
Asegurar un gimnasio no resulta tan complicado, pero se requiere saber qué se quiere proteger para que la póliza quede a la medida. Entre los riesgos asociados a estos negocios no solo se encuentran las caídas, sobre todo en las áreas de regaderas y piscinas, o los daños causados a los usuarios por culpa de un equipo, sino también otros que a veces ni siquiera contemplamos. Un experto nos dio un ejemplo de estos últimos, cuyo protagonista fue un gimnasio que contaba con una alberca y se encontraba en el segundo piso de una plaza comercial. De acuerdo con el testimonio, el siniestro ocurrió debido a una fuga de agua ocasionada por la presión de la alberca, pues se rompió la unión de la tubería que la alimentaba. Como esto sucedió en la noche, no hubo pérdidas humanas, pero sí muchos daños materiales. Tres tiendas que se encontraban deba- jo del gimnasio resultaron perjudicadas. A pesar de que se cerró la llave, el agua no paró hasta que la alberca se vació por completo. Al final, se realizó la valoración de los daños para presentar la reclamación de estos, y afortunadamente no hubo problemas con el pago.
Un seguro para gimnasios brinda protección ante siniestros grandes y pequeños. Te invitamos a poner más atención en las medidas de seguridad y prevención implementadas en el lugar donde te ejercitas. Recuerda que, por ley, los gimnasios deben contar con una póliza de responsabilidad civil y exhibir sus permisos para que estén a la vista de los usuarios, lo cual no implicará ningún problema si están regularizados y al corriente con sus obligaciones. Si en tu gimnasio esto no es así, ¿crees que contarás con la protección de un seguro cuando un siniestro se presente?
