Gabriela Ruiz
La vida es un sinfín de experiencias. Dentro de esta, hay riquezas y oportunidades que podemos aprovechar, pero también retos y obstáculos que nos pueden hacer perder las fuerzas para continuar. Hoy te presentamos a una mujer con un gran espíritu, que no solo nos compartió su historia, sino también nos enseñó a enfrentar los momentos de oscuridad. Conoce a Gabriela Ruiz, conferencista y agente de seguros, quien reside con su esposo en Querétaro, a pesar de que su familia vive en Morelia.
Cuando estaba a punto de comenzar la carrera, ella se mudó para experimentar por completo la vida universitaria. Una vez iniciada esta nueva etapa, solicitó un intercambio al extranjero para ir a una institución en el sur de Francia. Desafortunadamente, no le fue tan bien como deseaba, ya que los alumnos iban a divertirse más que a estudiar, lo cual contrastaba con la personalidad aplicada y tímida de Gabriela, por lo que no logró llevarse bien con sus compañeros. Debido a una novatada, nuestra entrevistada regresó a Querétaro para seguir sus estudios. Aunque su familia le insistía en que volviera a Morelia, ella no desistió y terminó su carrera.
Luego, Gabriela comenzó a trabajar en una empresa, donde se encargaba del área de Recursos Humanos. En algunas ocasiones, cotizó los seguros y seleccionó las mejores propuestas. En cierto momento, la empresa ofreció a Gabriela aumentar la suma asegurada de su póliza de gastos médicos mayores, pero ella rechazó esto porque era joven y pensaba que jamás le sucedería algo. Por desgracia, la realidad fue distinta, pues 28 días después de haber cumplido 25 años, mientras se dirigía a Morelia para visitar a sus padres como cada fin de semana, Gabriela sufrió un accidente muy grave.

Una vez en el hospital, ella estuvo 16 días en Terapía Intensiva y 15 días en piso. La suma asegurada se acabó inmediatamente, pues había sufrido muchos daños, y la consecuencia más visible del siniestro fue la amputación de sus dos piernas. Sin embargo, cuando despertó, la cabeza de Gabriela solo pensaba en cómo resolver la situación. Todo el mundo creía que ella estaba en shock, pero en realidad la joven estaba enfocada en solucionar su problema y aprovechar la segunda oportunidad que le habían regalado. En ese momento, esta mujer desarrolló una nueva manera de ver las cosas.
Durante un tiempo, Gabriela dependió de sus padres y su silla de ruedas, pues el primer intento de ponerle una prótesis para que caminara fracasó. Sin embargo, nuestra entrevistada no se rindió, sino buscó motivación de otros lados para encontrar la manera de volver a ser independiente. Parte de la inspiración para lograrlo vino de Aimee Mullins, una modelo, deportista y conferencista que, a pesar de que también había perdido sus piernas, podía levantarse, caminar y hasta andar en tacones. Cuando Gabriela vio a esta mujer en un video de TED Talks, supo que quería y lograría lo mismo.
Gracias a la recomendación de un amigo que también había perdido las piernas, nuestra entrevistada viajó a Oklahoma, donde se especializan en prótesis para los soldados que llegan de la guerra. Allí tuvo sesiones de rehabilitación por diez meses. Durante este tiempo, ella requirió no solo esfuerzo físico, sino también mental, porque caer era inevitable para volver a caminar. Los ortopedistas la retaban a arriesgarse y aprender a caer para no lastimarse. Gracias a su determinación y al carácter fuerte de los doctores, esta admirable mujer volvió a caminar e incluso participó en una Spartan Race.
Gabriela buscó trabajo después de la rehabilitación, pero no lo consiguió. En vez de desanimarse, comenzó a dar conferencias en empresas, pues sentía que tenía algo que decir tras su experiencia de vida. Más tarde, tomó un curso de finanzas de Insignia Life, donde descubrió un producto que le encantó y quería compartir, pero antes de ofrecerlo decidió probarlo y conocerlo. Debido a ello, se preparó y se volvió agente de dicha aseguradora. Ahora, nuestra entrevistada toma varios cursos de coaching y seguros, ya que ama capacitarse día con día, pero también dedica tiempo a su esposo, pues le gusta estar con él y sabe que la vida personal y familiar es muy importante.
Esta mujer puede hacer muchas cosas, pero es feliz ayudando a cultivar la cultura de la prevención, asesorando a las personas y generando consciencia sobre la importancia de los seguros. Gabriela nos enseña que, para sentirnos bien con nosotros mismos, debemos saber por qué y para qué estamos en esta vida, pero la única manera de saberlo es conociéndonos desde adentro, sin prestar atención a las voces externas. Esto no se logra de la noche a la mañana, pero buscar, preguntar y retarnos nos ayuda a conseguirlo. La vida no es fácil, pero se vuelve más sencilla cuando la entiendes.
