Ajustes, Daños e Indemnizaciones

Costó 815 mil dólares un siniestro de nave en Acapulco

Adriana Oropeza Flores y Karla Velasco Arciniega / Directora editorial y reportera, Revista Siniestro

El 20 de abril de este año, una embarcación que estaba en un muelle de Acapulco, Guerrero, se incendió. Aunque los bomberos y Protección Civil acudieron a la zona para sofocar el fuego y atender el siniestro, la nave se hundió, por lo que personal especializado realizó las maniobras necesarias para sacarla a flote.

Algunas embarcaciones cercanas a la nave siniestrada fueron resguardadas lejos de la zona del incendio, pero otras no fueron movidas por la onda de calor o la exposición directa al fuego, por lo que tuvieron afectaciones en, por ejemplo, vestiduras, motor de encendido, lonas y radares. Por ello, durante la noche, los capitanes llegaron al lugar para revisar sus yates e identificar los daños.

La propietaria de la embarcación siniestrada contaba atinadamente con una póliza pagada que estaba en orden, pero no se encontraba en Acapulco cuando ocurrió el incendio y no podía regresar pronto, así que fue su esposo quien se presentó al siguiente día para encargarse de los trámites correspondientes.

Por desgracia, se trató de una pérdida total. La aseguradora pagará 515 mil dólares por la nave incendiada y 300 mil dólares por daños a terceros. Por tratarse de un accidente, la titular no pagará deducible ni por la pérdida total ni por los gastos de salvamento, remolque y auxilio, pero sí por los daños a terceros, aunque el monto será mínimo: 1000 dólares, es decir, alrededor de 18 mil pesos.

Como hubo un derrame de diésel, la Secretaría de Marina se presentó en el lugar del siniestro, puso una barrera de contención para evitar el esparcimiento del hidrocarburo y presionó al esposo de la asegurada para que sacara del agua la embarcación, pues estaba contaminando la zona. Entonces, él contrató un servicio privado para extraer el yate y buscó un predio para almacenarlo.

Antes de las maniobras, el esposo comentó al ajustador que le preocupaba que, al sacar la nave, esta se partiera y la aseguradora no reconociera la pérdida total. El servidor lo calmó diciéndole que ya tenían las pruebas suficientes, por lo que estaba garantizado el pago, y le sugirió que no solo guardara en puerto seco y seguro la embarcación, sino también que la titular de la póliza fuera al Ministerio Público para presentar la denuncia en contra de quien resultara responsable.

Aunque este siniestro sigue abierto, la asegurada no cuenta con la cobertura de responsabilidad civil ambiental, así que posiblemente tenga que realizar un pago para resarcir el daño ocasionado a la flora y fauna del lugar. Por eso, aunque te parezca que tu póliza tiene demasiadas coberturas, siempre será mejor contar con ellas que sufrir un siniestro y no tener las necesarias. ¿Quién quiere, además de lidiar con la pérdida, desembolsar dinero porque el seguro no amparaba algo?

La responsabilidad civil siempre se debe considerar al contratar la póliza. Aunque solo conoces realmente los alcances de un siniestro cuando este ocurre, visualiza con tu agente los posibles escenarios. Imagínate que eres la persona asegurada y no tienes la cobertura de responsabilidad civil por daños a terceros, ¿tendrías disponibles 300 mil dólares para cubrir la deuda?

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