Ahora que ya estamos viviendo una realidad diferente, la gente sale de casa, los estudiantes asisten a las escuelas y algunos trabajadores van a las oficinas, la movilidad aumentó y, por supuesto, el despojo de vehículos también. De acuerdo con las cifras de la AMIS hasta el corte de marzo, aunque este delito disminuyó un 1%, el despojo de motocicletas aumentó un 26.5% y el de equipo pesado un 19.3%. Esto último ya se esperaba porque se incrementó el transporte de mercancías debido a la pospandemia. De hecho, se realizaron varios acuerdos con las autoridades para aumentar la seguridad en ciertos lugares peligrosos y se implementaron protocolos para evitar este tipo de delitos. En cuanto a la recuperación de vehículos pesados, la AMIS reporta un aumento del 13.8% con respecto al periodo anterior.
Otro problema que el sector automotriz ha venido arrastrando por la pandemia y la guerra es la escasez de refacciones que ha elevado cada vez más el precio de los autos, tanto nuevos como usados, y ha retrasado la reparación de las unidades en los talleres. Algunos expertos y asociaciones dedicadas a las autopartes advierten que este problema seguirá presentándose con piezas muy específicas para autos de alta gama o muy especializados, pues los precios de las refacciones continúan aumentando por la inflación y, de acuerdo con el reporte Simindex, su valor aumentó un 13.5% después de la pandemia. Sin embargo, Norma Alicia Rosas, directora general de la AMIS, nos comenta que la situación comenzará a normalizarse en 2023, pues se ha empezado a notar un aumento en el flujo de ciertas refacciones.
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