Ajustes, Daños e Indemnizaciones

El control del Titán

Carlos Zamudio Sosa / México Claims and Risk Management, S.C. / carlos.zamudiososa@gmail.com

Las noticias se olvidan, pero las enseñanzas se deben quedar. El propósito de la industria del seguro no es usar una tragedia como anzuelo, sino aprender de ella para evitar que vuelva a ocurrir. Tras más de un mes de la catastrófica implosión del submarino Titán, hemos leído mucho de las características del control de mando del sumergible. Unos anteponen que este fue construido para superar el rudo uso de manos descuidadas, mientras que otros cuestionan si la versatilidad era acorde con las medidas de seguridad, pues las vidas no se reponen como en los videojuegos.

Dado que el seguro gerencia y distribuye riesgos similares, desea que los peligros y los bienes o las personas tengan parámetros delimitados, cuyo comportamiento sea predecible, cuantificable y homogéneo. El seguro privado no comulga con aquello que está fuera de dichos parámetros, sino lo excluye o limita. Aun cuando la probabilidad o la consecuencia catastrófica de un evento sea económicamente tolerable en los grandes números, no es admisible aceptar el riesgo sin replantear el nuevo cajoncito en el cual debe encasillarse la condición peligrosa de cada asegurado y sin definir cuántos de estos peligros se está dispuesto a asumir.

Si la vida de los ocupantes del Titán fuese de interés para una mutualidad, que los considera miembros como tripulación por evento, y diésemos una frecuencia de x inmersiones para un fallo catastrófico, no podríamos hacer una prorrata de 1/x(n) –donde n es la cantidad de viajeros– como contribución, pues nada impide que el siniestro ocurra en la primera inmersión, por lo que no sería lógico que los futuros tripulantes paguen de forma anticipada su participación en la aventura y su cuota. Cualquier actuario te diría que, con cada inmersión exitosa, el submarino se acerca más al siniestro y que, por tanto, no podrías cobrar una prima homogénea desde el primer intento.

Más o menos así funciona el seguro privado. Si la frecuencia de los siniestros de transporte aumenta, se encarece la prima. En Gastos Médicos, aunque la tendencia de casos totales no aumente, si el costo del siniestro es cada vez mayor, la prima debe ajustarse para que el riesgo continue siendo asegurable. Igual sucede con las coberturas de fenómenos hidrometeorológicos y en los seguros de responsabilidad civil profesional del agente, donde hay aseguradoras que ya no quieren tomar el riesgo porque se ha disparado la cantidad de reclamos donde son garantes.

El riesgo no estaba en el control de mando del Titán, sino en la poca posibilidad de reducir la exposición al peligro y en la falta de certificaciones que validaran la seguridad del aparato. Así opera el seguro en Daños con las pymes, ya que estas deben velar por atenuar sus riesgos para que el asegurador acepte ser parte de la relación contractual. Por tanto, no es cosa menor pedir a los futuros clientes que durante la vigencia de la póliza cumplan tanto con las normas oficiales a las que están sujetas como con los mantenimientos y las medidas de seguridad ordinarias, para que no se agrave el riesgo y el caso se pague sin contratiempos.

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