Laura Edith Islas Yáñez Directora general, Revista Siniestro
Salvador Alonso, director general de Seguros Banorte, reconoce de manera un poco tímida y con una media sonrisa: “Soy economista”. Después, alarga su gesto de ale- gría y emocionado agrega: “¡Y aún se puede vivir de ello!”. Luego, entrelaza sus blancas manos, pierde un poco la mirada en el horizonte y dice: “Los economistas tuvieron una época de mucha moda”. Han pasado cinco años desde que él ingresó a la industria aseguradora por la puerta grande, primero como alguien que se valía de la inteligencia artificial para detectar fraudes y luego como la persona que recibió la invitación para dirigir Seguros Banorte y orientar a su gente, en los tiempos de grandes cambios, hacia lo digital. Parece que él realmente se siente contento con su profesión y su desempeño, lo cual no es para menos, ya que Seguros Banorte guarda muchas sorpresas bajo el brazo. Salvador comenta que el desafío de la transformación digital implica ocupar la información que se recaba para, una vez seleccionada, tanto predecir las preferencias, las conductas y los hábitos del cliente como generar valor para él, por lo que en Seguros Banorte se trabaja de la mano del área de Analítica para tanto revisar toda la información proveniente de los sectores asegurador y financiero como comprender el perfil del consumidor, lo cual es muy importante
en la actualidad, pues quien no entiende las necesidades de sus clientes está condenado, sin duda, a perderlos. Él señala que, por ejemplo, algunos clientes prefieren ir a las sucursales y otros usar la aplicación (app) para el celular o la banca en línea. También nos recuerda que, tras la pandemia y sus efectos adversos, muchos usuarios se vieron obligados a utilizar las plataformas digitales.
Para Seguros Banorte es muy importante la atención al cliente, quien siempre encontrará respuesta pronta y oportuna si busca ayuda a través de cualquier vía, teniendo la confianza de que esta compañía sabrá manejar de manera óptima su información y emociones. Además, como esta institución busca de forma constante las mejores opciones y se encuentra siempre adelantada en materia tecnológica, a finales de este año entregará a sus clientes de gastos médicos tanto una app que les permitirá gestionar toda su información como una tarjeta de crédito (TDC) que podrán usar para los reembolsos tras darse de alta en la app, pues Banorte se encargará de pagar los montos usados, ya que reconoce que sus usuarios son personas cumplidas y honestas, así que, por ejemplo, si su cliente necesita una cirugía y no cuenta con dinero, podrá pagar con la TDC.
En Seguros Banorte se preocupan no solo por el tratamiento de las enfermedades, sino también por la prevención de estas, pues la salud de sus clientes es una prioridad, por lo cual trabajarán en ello una vez que enfoquen sus objetivos en nichos, como mujeres dedicadas al hogar y personas de la tercera edad. Es aquí donde entra la labor del asesor de seguros, por lo que Salvador nos remarca su importancia: “La función del agente sigue siendo primordial, pues genera orientación, confianza, comunicación y asesoría, da la cara por la compañía frente al cliente y proporciona al usuario certeza cuando más la necesita, apoyo cuando hay incertidumbre y seguridad frente al desconcierto”. Como estamos frente a una era de transformaciones y nuevas necesidades, preguntamos a Alonso qué les falta a los agentes para enfrentar el siguiente nivel que está a punto de comenzar. Él, muy seguro de su respuesta, nos señala que les falta actualización, nutrirse con la misma información que se está generando, ser partícipes de los procesos y cambios que se dan dentro de las aseguradoras, recibir entrenamiento constante y contar con todas las herramientas tecnológicas para llevar a cabo su trabajo, ya que de nada les sirve la innovación y la digitalización si no tienen acceso a este tipo de herramientas.
Sin duda, los tiempos están cambiando y esto lo sabe tanto Salvador Alonso como Seguros Banorte, quienes pisan cada vez más fuerte hacia el futuro, estando preparados y conscientes de las necesidades y las herramientas requeridas, innovando y mejorando la calidad de cada uno de sus productos y, finalmente, atendiendo a quien siempre será su prioridad: el cliente.
