Sector Asegurador

Lo que no se mide, no se mejora

Jorge Carbajo Kalkach:. Estratega 360° / Twitter: @jorgecarbajo / Facebook e Instagram: Jorge Carbajo

Estamos iniciando este 2024, y qué mejor manera de arrancar el año que con nuevos propósitos. Medir los resultados en una empresa, sin importar su tamaño, es esencial para evaluar su desempeño y tomar decisiones informadas. Por eso, aquí tienes algunas pautas y mejores prácticas para medir resultados de manera efectiva:

Objetivos claros. Define metas específicas y alcanzables para cada área de la empresa. Es indispensable que las puedas medir de manera fácil y precisa. Asegúrate de que los objetivos estén alineados con la visión y misión de la empresa.

Indicadores clave de desempeño (KPI). Identifica los KPI más relevantes para cada objetivo, como retención de clientes, margen de ganancia y primas emitidas. Establece métricas cuantificables y realistas que reflejen el progreso.

Periodicidad de la medición. Define la frecuencia con la que se medirán los resultados. Los empresarios exitosos realizan mediciones semanales, mensuales y trimestrales, ya que de esta manera tienen un panorama sumamente claro de cómo se está comportando su negocio y toman decisiones acertadas para alcanzar los objetivos planteados. Ajusta la frecuencia según la naturaleza de las métricas y la rapidez con la que estas cambian.

Herramientas de seguimiento. Implementa sistemas que faciliten la recopilación y análisis de datos. Utiliza un software de gestión empresarial o herramientas específicas para las áreas clave.

Feedback y evaluación continua. Fomenta una cultura de retroalimentación constante. Realiza revisiones periódicas para evaluar el progreso y realizar ajustes si es necesario.

Comparación con metas anteriores y benchmarking. Compara los resultados actuales con los de las metas anteriores para evaluar la mejora. Haz un benchmarking para comparar el desempeño de tu empresa con el de la industria.

Evaluación de la rentabilidad. Analiza los costos asociados con la implementación de estrategias y proyectos. Calcula el retorno de inversión (ROI) para evaluar la eficiencia de las inversiones realizadas. Encuestas y retroalimentación. Recopila la opinión de tus clientes y empleados para evaluar su satisfacción y compromiso. Utiliza la retroalimentación para realizar mejoras y ajustes.

Adaptabilidad y flexibilidad. Reconoce que los indicadores y objetivos pueden necesitar ajustes a medida que la empresa evolucione. Sé flexible y adapta tus mediciones según las necesidades cambiantes del negocio.

Comunicación transparente. Comparte los resultados con todo el equipo de manera clara y transparente. Involucra a los empleados en la comprensión de los objetivos y en la motivación para alcanzarlos. Recordemos las palabras de Peter Drucker, el padre austriaco de la gestión empresarial moderna: “Lo que no se puede medir, no se puede controlar. Lo que no se puede controlar, no se puede gestionar”. Es fundamental tomar en cuenta que la medición de resultados debe ser un proceso continuo y evolutivo. Aprender de los éxitos y fracasos contribuirá al crecimiento y éxito a largo plazo de tu empresa.

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