Sector Asegurador

El riesgo catastrófico en la política pública

Roxana Vélez Pérez / Reportera, Revista Siniestro

En el mensaje inaugural de la 33 Convención de Aseguradores AMIS, el titular de la Unidad de Seguros, Pensiones y Seguridad Social de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Héctor Santana, habló de cuál es la política pública de México con respecto a los riesgos catastróficos. Aquí te comparto las ideas más relevantes. Una parte muy significativa del territorio mexicano es particularmente vulnerable a los sismos y los fenómenos hidrometeorológicos. Hace no demasiados años, la prima de riesgo y el factor de catástrofe tenían un impacto marginal en el precio de las primas, pero hoy esto ha cambiado, ya que hay una mayor conciencia de la necesidad de prever y sobre todo una mayor incertidumbre en esta materia.

Para enfrentar los desastres y construir un mejor futuro en este país particularmente vulnerable a los fenómenos naturales, debemos caminar juntos el gobierno, la iniciativa privada y los demás actores de la sociedad. Nuestro mayor desafío es trabajar juntos para reducir la distancia entre el país que queremos y el que tenemos, enfrentando los retos de la contaminación, la sequía y los factores que no habíamos previsto o no considerábamos tan relevantes hace unos años.

El gobierno de México ha trabajado para evitar que un evento natural grave ponga en riesgo su capacidad de garantizar a la población la rápida recuperación de las condiciones para realizar sus actividades normales y de seguir impulsando el crecimiento de nuestra economía. Para ello ha implementado una estructura de protección con cuatro componentes básicos que se activan justamente cuando se produce un evento catastrófico:

Carlos Zamudio Sosa, director general de México Claims and Risk Management, viajó desde Sonora hasta la Ciudad de México para presentar su ponencia “Los cinco errores más comunes al emitir una póliza y la forma en la que impactan al momento de un siniestro” durante un desayuno que Ricardo Ocádiz, directivo de ANA Seguros, ofreció a los agentes. En este evento, el experto explicó por qué el contrato de seguro debe ser perfecto y señaló que el desconocimiento (la falta de preparación o capacitación) genera errores al emitir una póliza. Aunque el título de la ponencia habla de cinco errores, él expuso más y enfatizó aquellos que, además de ser muy comunes, no suelen ser advertidos por los ajustadores o promotores.

“No se puede ser profesional si pensamos que podemos salir- nos con la nuestra, falseando la información”, lamentó Zamudio Sosa, por lo que hizo un llamado a los presentes para que apliquen la honestidad que el cliente espera al celebrar un contrato. En relación con esto y con la idea “el cliente siempre tiene la razón”, él invitó a dimensionar las dificultades emanadas de la percepción errónea de que “la verdad no im- porta, sino tener la razón” y afirmó que, aunque el seguro es un contrato de buena fe, algunas personas usan la mentira como principio.

Entre los muchos errores evidenciados, el experto destacó no estar en contacto constante con el cliente, a pesar de que siempre debe existir un flujo de información; no saber cuestionar, ya que se trata de evitar vicios en la declaración del asegurado; desconocer la información del asegurado y no sa- ber transmitirla al hacer válida la póliza; no leer ni entregar las condiciones generales, y no conocer lo que se está intermediando.

Carlos resaltó que, cuando el agente llena el cuestionario que le corresponde al cliente, suele asumir información y que, cuando él plantea mal las preguntas, el interesado da información que considera correcta, aunque no lo sea, pues no sabe de seguros. Ambas situaciones provocan el llenado incorrecto del cuestionario y facilitan la generación de omisiones, concluyó.

Programa presupuestario. Cada año, el Congreso destina un monto para cubrir las emergencias, el cual este año supera los 17 mil millones de pesos.
Seguros contratados por las dependencias. Estos son adquiridos a través del programa de compras consolidadas y cuentan con una cobertura que ronda los 25 mil millones de pesos para atender la infraestructura dañada.

Seguro para catástrofes. Se trata de una póliza tradicional con una suma asegurada de 5 mil millones de pesos y un esquema basado en deducibles diferenciados por sector.

Bonos para catástrofes. Estos son emitidos por el gobierno de México con el apoyo del Banco Mundial. Son cuatro en total: dos para terremotos y dos para huracanes (uno para la zona del Atlántico y otro para la del Pacífico). Está por emitirse el que corresponde al área del Pacífico debido al siniestro originado por el paso del huracán Otis. En el nuevo esquema 24-28 se espera tener una protección de 9 mil 350 millones de pesos.

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