Lic. Mario Jesús Carrillo López / Responsable de Instituciones de Garantías, Oficina de Vinculación mjcl@ovgarantias.com
Si todo cambio, por mínimo que parezca, trae consigo diferentes reacciones, cuanto más el que deriva del ejercicio democrático más importante de nuestro país. En este sentido, resulta inevitable y casi hasta obligado discurrir sobre el ser y el deber ser, postulando, debatiendo y filosofando sobre las sendas que deberían explorarse y la conveniencia o no de seguir los caminos ya dispuestos. Esto pone en evidencia la incomodidad que de manera natural provoca esa acompañante o vigía a la que tanto le gusta estar presente y a la que jamás daríamos la bienvenida de forma consciente: la incertidumbre. Desde luego que a todos nos gustaría tener certeza de lo que nos deparará el próximo sexenio, sobre todo en un país donde cada vez es más fácil escuchar un sinfín de voces, preparadas o no y con conocimiento de causa o sin él, y donde cada vez es más difícil encontrar un espacio de reflexión con un pensamiento moderado y con elementos objetivos que permitan tener una visión íntegra y juiciosa de las cosas. Ante esta situación, tenemos la opción de dar la bienvenida y abrazar a la incertidumbre, que no había sido invitada, y de aprender a vivir conscientemente con ella. Al menos esto último me ha tratado de enseñar un gran amigo mío y maestro. Al fin y al cabo, como dice un sabio refrán: “Uno pone y Dios dispone”.
Así las cosas, estando de acuerdo con nuestra compañera no invitada, entre lo que se escucha para efectos de nuestro sector, considero de par- ticular interés dar un primer vistazo a lo que la presidenta electa ya ha puesto en papel sobre las acciones que se propone realizar en el ejercicio de su función, según se aprecia en el documento 100 pasos para la transformación (disponible en https:/rebrand.ly/100PplTdCS). Si bien está la incertidumbre, como siempre, sobre la aplicación real y los resulta-dos de su visión –posibles y probables, dirían los actuarios–, al menos podemos darnos una idea de lo que la nueva administración del país tiene previsto. Aquí enunciamos un par de aspectos en los que las garantías podrían tener una participación importante.
El primer aspecto está en el apartado “Desarrollo compartido”, donde se expresa: “México se encuentra a las puertas de la gran oportunidad que representa la relocalización de cadenas productivas [nearshoring]. Particularmente, la economía estadounidense ha presentado crecimientos sustanciales en los sectores manufactureros, tecnológicos y de construcción, lo que ha provocado un efecto de arrastre sobre las importaciones provenientes de México”. En este apartado se reconoce la necesidad de la inversión privada nacional y extranjera al señalar que esta se promoverá “con una perspectiva regional, de innovación, transferencia tecnológica y sostenibilidad”.
Dicho apartado también destaca algo muy importante: “Para convertir en realidad el potencial de in- versión productiva de esos recursos [provenientes del ahorro bruto de la economía mexicana], se diseñarán vehículos financieros que permitan su canalización a proyectos estratégicos. Una característica que deberán tener estos vehículos es su alineación con las necesidades de desarrollo del país”. Debemos poner atención a los vehículos financieros, a los cuales podemos llamar “contractuales”, que pudieran surgir y ser materia de garantías, pues la debida suscripción tomará como siempre un papel importante en el ejercicio de las instituciones afianzadoras.
El segundo aspecto a resaltar es la anunciación de los diversos proyectos que pretenden un desarrollo regional a lo largo del país, los cuales anticipan tanto la inversión pública y privada como las correspondientes derramas económicas y ¡fianzas! Entre dichos proyectos destacan las obras estratégicas de infraestructura en diez corredores industriales:
Transístmico. Abarca Oaxaca, Veracruz, Tabasco y Chiapas e involucra a los sectores de energías renovables, manufactura especializada, agroindustria y logística.
AIFA. Abarca Hidalgo, el Edomex y la CDMX e involucra a los sectores de dispositivos médicos, química farmacéutica, logística, manufactura especializada, servicios y alimentos y bebidas.
Golfo. Abarca Veracruz, Tabasco, Chiapas y Campeche e involucra a los sectores de petroquímica, hidrocarburos, producción forestal maderable, fruticultura y pesca.
Pacífico. Abarca Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán e involucra a los sectores de agroindustria, industria 4.0, logística y turismo.
Frontera. Abarca Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas e involucra a los sectores de autopartes, manufactura y agroindustria. Baja. Abarca Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa e involucra a los sectores de semiconductores, generación renovable, turismo y agricultura.
Bajío. Abarca Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes e involucra a los sectores de autos, centros de datos, aeronáutica y turismo. Maya. Abarca Yucatán, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo e involucra a los sectores de turismo, agroindustria, energías renovables, servicios y alimentos y bebidas. Centro. Abarca Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala e involucra a los sectores textil, automotriz y eléctrico-electrónico.
Noroeste. Abarca Sonora, Sinaloa, Durango y Zacatecas e involucra a los sectores de minería, agricultura y ge- neración eléctrica.
En este contexto, se anuncia la construcción de al menos cien parques industriales adicionales para ordenar y distribuir las inversiones nacionales y extranjeras.
Además de los dos aspectos abor- dados, algunos de los cien pasos tendrán una estricta relación con las garantías. Por ejemplo:
45. Establece la meta sexenal de construir 500 mil viviendas y con ello crear más de un millón de empleos.
66. Habla de la construcción de plantas fotovoltaicas, eólicas, hidráulicas, geotérmicas y de hidrógeno verde, así como de la promoción de paneles y calentadores solares en techos de viviendas y comercios. 73. Menciona algunas carrete- ras que se terminarán, ampliarán o construirán.
74. Enlista los puertos que se ampliarán o construirán.
77. Habla de sistemas eléctricos de transporte en las principales ciudades del país, así como de tres cablebuses pendientes en la CDMX.
En todo caso, más allá de cómo se desarrolle el sexenio entrante, el sector afianzador seguirá cumpliendo su misión como lo ha hecho desde sus orígenes. Hemos apoyado des- de nuestro ámbito a cada una de las administraciones –con la presidenta electa abarcaremos a 32 jefes de Estado– que han dirigido nuestro país con sus presiones, retos y peculiaridades y nos hemos comportado siempre a la altura de las circunstancias que se presentaron tanto en las crisis económicas más difíciles como en los tiempos de abundancia, dispuestos a otorgar protección y confianza en pro del desarrollo de México.
