La globalización de la economía ha traído grandes cambios sociales, políticos y comerciales, entre otros. Por esto, la Imesfac nos compartió el panorama de los riesgos globales y sus impactos, pues la pandemia de covid-19, las guerras y las ondas de calor son algunos de los acontecimientos que no solo ponen en riesgo el desarrollo de un lugar, sino también afectan el resto del planeta. El sector asegurador es fundamental para administrar estos riesgos de escala mundial, los cuales se dividen en categorías:
• Financieros, económicos, y comerciales. Aquí tenemos la caída de los mercados bursátiles o de los precios internacionales, la devaluación de la moneda y las crisis crediticias.
• Geopolíticos y de seguridad. Por ejemplo, la inestabilidad social y la migración masiva.
• Fenómenos naturales y climáticos. Como sismos, tormentas, tsunamis, inundaciones, erupciones volcánicas, sequías, heladas y ondas de calor o frío, que causan dificultades en el mundo y son catastróficos para el sector.
• Tecnológicos y espaciales. Entre los cuales están los accidentes nucleares, los apagones, los ciberataques y las tormentas solares.
• Humanos y de salud. Las pandemias, las plagas, las enfermedades, los accidentes y la vejez, al igual que los fenómenos naturales y climáticos, impactan de forma más constante en el sector asegurador.
Los riesgos globales causan gran incertidumbre porque afectan directa e indirectamente el ciclo económico y a todos los actores que intervienen en él. Por ello, el papel fundamental del seguro es proteger a los individuos y las empresas ante las adversidades financieras derivadas de eventos imprevistos, apoyando la actividad económica, proveyendo el acceso a servicios de salud y tanto diversificando como mitigando el riesgo a través de la suscripción efectiva y las iniciativas pertinentes.
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