AJUSTES, DAÑOS Y RC

Septiembre no es el mes de los sismos

Roxana Vélez Pérez / Coordinadora editorial, Revista Siniestro

“Septiembre es un vínculo con la conciencia de que todos estamos expuestos al riesgo. No es el mes de los sismos, sino un momento para recordar que somos un país expuesto a ellos. Prácticamente el 60% de nuestro territorio está expuesto”, dijo Carlos Jiménez, titular del Área de Seguro de Daños y Autos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), quien nos habló acerca de los aprendizajes que han dejado los sismos y los huracanes.

La cultura del aseguramiento ha ido en aumento por las catástrofes recientes. En el caso de la Ciudad de México, esta viene de la mano de un mayor crecimiento en el desarrollo y la construcción, porque al haber más edificios y condominios se genera una corresponsabilidad con los contratistas. Los sismos de septiembre nos enseñaron que se trata no solo de saber a qué estamos expuestos, sino también de caminar juntos en tres líneas de acción:

Identificar el riesgo. Todos estamos expuestos. El riesgo existe y es un peligro latente para todos, así que debemos tener un plan de prevención y otro de reacción. El seguro debe formar parte de los dos. Trabajar en la reducción de la vulnerabilidad. La probabilidad de ocurrencia de algunos riesgos se puede reducir, pero la de un sismo o un huracán no. Debemos trabajar de forma conjunta con distintos actores para que, si ocurren, los daños, las pérdidas y los impactos sean menores. Prepararse para la recuperación. Antes de la ocurrencia de un evento se debe trabajar en estrategias para reducir la exposición o la vulnerabilidad y aumentar la capacidad de recuperación.

El seguro no solo es una protección, sino también un esquema de aceleración de la recuperación de los daños materiales, las pérdidas y los impactos que puede generar un evento catastrófico. “Así que debemos seguir fortaleciendo la comunicación para que se haga no solo una buena identificación del riesgo, sino también una constante actualización del valor de nuestros bienes en la póliza de seguro para mantener una buena protección”, señaló el actuario. Carlos Jiménez afirmó que cada persona, empresa y edificio están expuestos a riesgos diferentes, por lo cual no existe una receta para tener una cobertura integral única y, en cada caso, debemos preguntarnos qué se quiere proteger, frente a qué riesgo y por cuánto dinero. Él recomienda considerar las coberturas básicas, como incendio, rayo, explosión, responsabilidad civil y riesgos catastróficos (sismos y huracanes, por ejemplo), y elegir el esquema de protección más conveniente.

Dado que es importante saber el nivel de protección deseada, el valor máximo de la suma asegurada y el esquema tanto de deducibles como de coaseguros, siempre debemos considerar cuatro puntos:
Identificar el riesgo. ¿A qué estamos expuestos?

Cuantificarlo. ¿Qué pasaría si el riesgo se materializa? ¿Cuál sería la repercusión, el daño material, la pérdida o el impacto?

Priorizar su gestión. Es necesario comunicar el riesgo, atenderlo, reducir nuestra vulnerabilidad a él y transferir sus impactos. Aquí es donde el seguro tiene un gran papel. Revisarlo de forma constante. Se debe trabajar en estrategias, como la transferencia de costos a través del seguro, para reducir al mínimo el daño ocasionado por un riesgo materializado.

Carlos Jiménez recomienda a las personas identificar con honestidad los riesgos a los que están expuestas, dejando la falsa creencia de que nada les puede ocurrir; pensar en los impactos de dichos riesgos y ponerles un número, reflexionando sobre qué tanto les costaría recuperarse de un siniestro y considerando qué consecuencias les dejaría este, como la adquisición de deudas, el gasto de sus ahorros y la necesidad de créditos; recordar que es posible transferir los impactos mediante un seguro, y acercarse a un asesor y a las aseguradoras para obtener un esquema de protección a la medida. “Es muy importante ver que el costo de un siniestro nunca se podrá comparar con el monto invertido en una protección”, concluyó.

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