Sector Asegurador

El vínculo entre el agente y el asegurado

Adrián Palacios Ramírez / Reportero, Revista Siniestro

Entrevistamos a Rodrigo Flores, agente de seguros desde hace nueve años y promotor de Prudential Seguros México desde hace cuatro años. Él nos compartió un siniestro ocurrido en su segundo año como asesor, el cual fue su primer reto para describrir si tenía las cualidades de un buen agente.
Todo comenzó cuando Rodrigo fue buscado por una clienta para solicitarle una asesoría sobre la reclamación de un seguro colectivo, ya que su cuñado había fallecido en edad productiva y había dejado a una mujer en una posición complicada, encargada del hogar y dos hijos menores de edad. Por lo cual, la labor del agente era tanto apoyar y asesorar a la viuda con el trámite del seguro colectivo de su esposo como idear estrategias para que ella y los hijos continuaran protegidos.

Aunque el seguro era una prestación de trabajo y el fallecido no había pagado nada, la suma asegurada era de 3 millones de pesos y representó un beneficio bastante bueno para la familia. Una vez cobrado este monto, Rodrigo ofreció a la viuda un seguro para el retiro, que protegiera su futuro.

Con una parte del dinero, la familia abrió un restaurante. Gracias al seguro, los hijos crecieron sin problemas y concluyeron sus estudios, e incluso uno de ellos ya es papá. El abuelo ya no conoció a su nieto, pero la suma asegurada llegó hasta él. Rodrigo experimentó una sensación muy increíble al ver que el dinero ayudó a cumplir proyectos, pues él vivió una situación similar con su padre. Este vínculo propició que la viuda confiara en el agente y quedara muy satisfecha con la aseguradora. Siniestros como este van formando poco a poco una cultura de aseguramiento. En este caso, los hijos que vivieron la reclamación del seguro colectivo compartirán su experiencia con sus descendientes y conocidos, contribuyendo a la educación financiera.

Por último, Rodrigo nos dejó un consejo: “Todos buscamos obtener los mejores ingresos, pero antes de hacer crecer nuestro patrimonio debemos protegerlo”. Dar este paso implica una ventaja segura y una vida sin estrés y sin preocupaciones.

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