Sector Asegurador

Inversión física en el PEF 2025

Lic. Mario Jesús Carrillo López / Responsable de Instituciones de Garantías, Oficina de Vinculación mjcl@ovgarantias.com

El 15 de noviembre se entregó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico, dentro del cual se presenta la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2025, donde se propuso un gasto neto total de 9.3 billones de pesos (bdp), lo que representa una variación real del -1.6% en comparación con el PEF 2024 (9.4 bdp). El PEF resulta de interés para el sector de garantías porque en él se indica el dinero que se pretende destinar a la inversión física, la cual tiene una relación inmediata y directa con la operación fiadora.

El gasto neto total se divide en el gasto programable, dirigido a proveer de bienes, servicios y obras públicas a la población, y el no programable, aplicado para el cumplimiento de obligaciones, como pagos pendientes de años anteriores, deuda pública y recursos transferidos a municipios o entidades federativas. El gasto programable se divide en gasto corriente; pensiones y jubilaciones, y gasto de inversión. Este último incluye la inversión física, donde se señalan los proyectos de infraestructura y los recursos que para tal efecto se deberán ejercer por dependencia o entidad.

La mala noticia es que el gasto programable para 2025 suma 6.5 bdp, lo que representa un decremento real del 3.6% respecto del aprobado para 2024. De este monto se usarán 848,713.20 millones de pesos (mdp) para la inversión física, lo que representa un decremento real de alrededor del 10% en comparación con el ejercicio pasado. La mayor parte del presupuesto de inversión física será para Pemex (209,991.2 mdp), la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (127,683.9 mdp), la CFE (60,861.2 mdp), la Secretaría de la Defensa Nacional (47,423.2 mdp) y la Secretaría de Marina (27,000 mdp).

La buena noticia es que, dado el contexto actual y visto el sentido social al que apunta el gasto público, se vuelve imprescindible la iniciativa privada como un motor que deberá encenderse para impulsar el desarrollo de nuestro país mediante su participación en la inversión en infraestructura. Quizá por ello, en el presupuesto se abre con más firmeza la posibilidad de asociaciones público–privadas. Con independencia de esto, los particulares están en una coyuntura que debe aprovecharse de forma adecuada y coadyuvar al crecimiento de México. De aprobarse el proyecto de PEF 2025, la inversión física tendrá, en buena medida, el objetivo de consolidar los avances en infraestructura, particularmente en los proyectos ferroviarios como los trenes Maya, México-Querétaro, Interoceánico y AIFA-Pachuca. La inversión física también impulsará tanto los proyectos de obras hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua como los proyectos prioritarios de construcción y mantenimiento de las vías de comunicación y transporte, lo que resulta positivo para las instituciones de garantías.

El Paquete Económico 2025 está bajo el análisis y discusión de la Cámara de Diputados, la cual cuenta con la facultad de hacer los ajustes que considere adecuados antes de proceder a la votación en la primera quincena de diciembre. Mantengámonos atentos a las condiciones que se aprueben y preparémonos para lo que viene.

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