AJUSTES, DAÑOS Y RC

IA Cuando el destino nos alcance

Carlos Zamudio Sosa / Claims Manager, México Claims and Risk Management czamudio@mexicoclaims.com

En diciembre, durante cinco días, traté de atender 52 diferentes ponencias peruanas, la mayoría de ellas sobre inteligencia artificial (IA) en seguros. Si eres de los que todavía creen que falta mucho para que los sistemas emulen la inteligencia neural y piensan que estos son todavía materia de ciencia ficción, siento mucho decirte que no es así.

Es admirable atestiguar cómo mediante la IA se hace, entre otras cosas, el análisis y resumen de una póliza; la comparación cualitativa, no solo de precio, de dos especificaciones; el ajuste de daños a maquinaria con su respectivo reporte y con una orientación de qué se debe analizar durante una inspección de riesgo y de qué normativas deben cumplirse en el giro de interés; la comparación de tesis y jurisprudencias junto con un resumen de factibilidad de defensa o demanda en seguros, y la clasificación dinámica de grado de riesgo para categorizar e individualizar las primas.

Impresiona que un sistema con casi nula intervención humana ya gestiona más de un millón de siniestros por año y alerta de reclamos que presentan una desviación o tienen un patrón de comportamiento fraudulento. Esto es solo un atisbo de lo que ya es la IA y es apenas el preámbulo de la inminente activación de la inteligencia generativa y cooperativa, que emite recomendaciones mientras procesa información de manera masiva.

La IA ya no es solo un chatbox y está muy lejos de ser solo un lector de caracteres. Los modelos que escanean documentos para rellenar formatos o interactúan como un conmutador con los usuarios ya empiezan a ser arcaicos, pues el desarrollo de las capacidades y posibilidades de la IA ya es una realidad en cada ámbito humano. La industria aseguradora está propiciando el cambio y ya ofrece soluciones de aseguramiento para cubrir pérdidas o daños directamente relacionados con el uso de la tecnología, como los ciberseguros.

Si tú, agente, no estás adentrándote en el uso de estas tecnologías, pronto serás avasallado por quienes ya usan aplicaciones y modelos, aunque estos sean elementales. Hoy, como nunca, cobra sentido la frase “renovarse o morir”, la cual adquiere mayor peso en la labor de intermediación, pues esta impone la necesidad de conocer más que los otros y de dominar los procesos mejor que el resto de los competidores. Tal vez debemos empezar a discurrir que el negocio de seguros será dominado por quien gestione la información con mayor eficiencia y rapidez. Los detractores de la IA podrían argumentar que, en la venta, la experiencia y la calidez de la atención humana es insustituible y que, en un mundo altamente tecnificado, podríamos caer en el error de discriminar o imponer excesivas primas a quienes parezcan estar fuera de los parámetros más deseables de riesgo, sustituyendo la función alea, que es propia del seguro, por la presunción de que quien no supere los rápidos análisis de una IA quedará automáticamente marginado de coberturas, lo que nos dirigiría a una polarización en vez de a una distribución de las consecuencias de los siniestros súbitos e imprevistos en cualquier ente de una mutualidad; sin embargo, más allá de cualquier argumento en contra, no podemos negar que ya estamos en la rápida carrera hacia el futuro.

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