Dr. Israel Trujillo Bravo X: DrTrujilloBravo
La corrupción es un mal que lesiona gravemente los valores sociales, como el respeto, la transparencia, la veracidad, la integridad y la honestidad, por lo cual rompe las reglas de convivencia pacífica y, al mismo tiempo, causa pérdidas económicas de dimensiones incalculables por cohecho, enriquecimiento ilegítimo o fraude.
La corrupción afecta a los accionistas, inversionistas, trabajadores, empleados y quienes dependen de la sana marcha de los negocios y deteriora la competencia, el bienestar social y el bien común. Por ello, resulta indispensable intensificar la lucha responsable en contra de la corrupción tanto en la economía y sociedad mexicana como en otras.
Conforme el compromiso social de combate a la corrupción permee y las empresas adopten principios que conlleven una estrategia coherente de integridad y ética, se restaurará la confianza de la sociedad en las instituciones, lo cual llevará a un crecimiento económico más robusto, transparente y equitativo.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) recomienda a las empresas la adopción tanto del Código de Principios y Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo como del Código de Integridad y Ética Empresarial. Este último propone a las empresas mexicanas de todos los sectores y regiones, sin distinguir su objeto social y si cotizan o no en un mercado de valores, un marco de mejores prácticas y de manejo de riesgos en materia de anticorrupción, que aplique tanto a las empresas como a las personas que se encuentran relacionadas con las mismas.
La corrupción se presenta en el sector público y en el privado. Por ello, es indispensable profundizar en una cultura de integridad y ética para que se respete el Estado de derecho, y promover el respeto a la ley es tarea de todos. De aquí que, además de seguir las recomendaciones de los sectores empresariales, las instituciones y sociedades mutualistas deben disponer de un sistema eficaz de gobierno corporativo que garantice una gestión sana y prudente de su actividad, cuya instrumentación y seguimiento será responsabilidad de su consejo de administración.
La Circular Única de Seguros y Fianzas (CUSF) contempla la obligación de la creación del Código de Conducta en su título 3, capitulo 3.1 “Del sistema de gobierno corporativo”, en particular en el numeral 3.1.3 que a la letra dice: “El sistema de gobierno corporativo de las instituciones y sociedades mutualistas deberá implementar un código de conducta de observancia obligatoria para todos los empleados y funcionarios de la institución o sociedad mutualista, con el propósito de mantener un manejo prudente y adecuado de la misma, así como una aplicación consistente de las normas, políticas y procedimientos, a nivel de la totalidad de su estructura organizacional”. Este sistema de gobierno corporativo debe establecer políticas como parte de la cultura organizacional y procedimientos de verificación de su cumplimiento.
Para la observancia del capítulo 3.1 del título 3 de la CUSF y, en particular, del numeral 3.1.3, las compañías de seguros pueden adoptar los principios que recoge el Código de Integridad y Ética Empresarial o bien ceñirse solo a su código de conducta. Los principios de integridad y ética empresarial revisten singular importancia para las empresas multinacionales mexicanas y para las emisoras en el Mercado de Valores no solo por el marco jurídico existente en México, en sus principales socios comerciales y en los países que forman parte de la OECD, sino también por las convenciones suscritas por México en la materia, siendo las principales la Convención de las Naciones Unidas en contra de la Corrupción y la Convención Anticorrupción de la OECD. El CCE propone el Código de Integridad y Ética Empresarial que contiene doce principios para establecer las mejores prácticas corporativas en materia de anticorrupción pública o privada y exhorta a todas las empresas del país y a la sociedad civil en general a adherirse a los principios de este código. En la próxima publicación hablaremos brevemente de los principios que rigen la columna vertebral del sistema de integridad empresarial.
