Gastos medicos y de salud

El siniestro más caro

Raúl Carlón Campillo / Director general, Tranquilidad y Proyección tranquilidadyproyeccion@gmail.com

Hace unos años, debatía con un ejecutivo financiero sobre los números del sector asegurador. Él rechazaba la idea de adquirir un seguro médico, pues argumentaba que gozaba de una prestación y que los seguros individuales resultaban demasiado caros. Además, él había revisado una estadística de la AMIS, en la que se leía el impacto discreto, según su interpretación, de los casos catastróficos. “¡Son muy pocos los siniestros más caros!”, sostenía con vehemencia; “¡Los siniestros más caros terminan pagándolos los que no reclaman!”, remataba. Ante su argumento, tuve que aclararle las cifras que había leído y subrayar que precisamente los siniestros más caros eran el mejor ejemplo de las bondades de estar bien asegurado.

La referencia es relevante ante el embate legislativo de los últimos días en contra de las aseguradoras y la medicina privada en general. Sin detenerme en adjetivar a los legisladores y partidos que presentan la iniciativa, creo conveniente resaltar que el sector asegurador tiene en sus manos una parte de la solución en algo tan simple como difundir las bondades de estar asegurado.

Existen productos de costos muy inferiores a aquellos donde se elige una red médica robusta o de “alto valor” que aumenta de manera considerable el precio del siniestro. La reclamación también se eleva bastante si se contratan los servicios de médicos identificados como defraudadores y hasta demandados por una aseguradora. La difusión de las alternativas no ha sido suficiente entre los segmentos de la población que omiten asegurarse por los costos inaccesibles. Incrementar la mutualidad es posible si se hace un esfuerzo sectorial de difusión mediante, por ejemplo, campañas de aseguramiento en ferias o expos médicas, publicidad estática y electrónica masiva y anuncios televisivos, para informar a la población sobre la posibilidad de asegurarse con planes accesibles.

Reitero que el esfuerzo debe ser sectorial, involucrando no solo a las asociaciones que aglutinan aseguradoras e intermediarios, sino a todos los que estamos relacionados con la problemática del sector. Asegurar a más personas con dichos planes ayudará a controlar la frecuencia y severidad de los siniestros atendidos en hospitales “celestiales”, pues hay nosocomios de costo menor.

El ramo de gastos médicos exige muchos ajustes desde hace décadas, así que la creatividad de los técnicos y los mercadólogos para diseñar planes accesibles y posicionarlos o distribuirlos con el apoyo de asesores comprometidos puede ser la solución. El siniestro más caro es el que pagamos todos ante la reducida penetración del ramo en segmentos potenciales.

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