Sector Asegurador

La mejor reclamación es la que nunca ha ocurrido

Adrián Palacios Ramírez / Reportero, Revista Siniestro

Durante un panel de la 34.a Convención de Aseguradores de la AMIS, tres especialistas coincidieron en que el sector de seguros enfrenta un cambio de paradigma, pues debe dejar de ser solo un pagador de siniestros y convertirse en un actor clave para la prevención y gestión del riesgo, especialmente en un contexto de vulnerabilidad ante el cambio climático.

El panel fue moderado por Norma Alicia Rosas Rodríguez, directora general de la AMIS, y contó con la participación de Jorge Claude, pre- sidente de la Fides, Francisco Díaz, Market Head para México, Centroamérica y Panamá de Swiss Re, y Montserrat Xilotl, asesora técnica regional en adaptación al cambio climático del PNUD.

Norma Alicia Rosas Rodríguez inauguró el panel con una frase de alto impacto, “la mejor reclamación es la que nunca ocurre”, la cual plantea la necesidad de repensar el papel del seguro más allá de la simple indemnización. Ella subrayó que muchos riesgos, como los accidentes automovilísticos provocados por las distracciones comunes, pueden prevenirse y destacó la importancia de que el sector asegurador se involucre activamente en las iniciativas de prevención. Además, como ejemplo de innovación, la directora de la AMIS mencionó el seguro paramétrico para arrecifes de coral en Quintana Roo, el cual está diseñado para responder a fenómenos naturales como huracanes e inundaciones.

Montserrat Xilotl profundizó en la necesidad de contar con políticas públicas sólidas y adaptables; destacó la importancia de la información climática, los sistemas de alerta temprana y los mapas de riesgo para reducir la exposición, y citó el caso de La Mojana, en Colombia, donde el gobierno, ante las inundaciones recurrentes, estableció un fondo nacional de adaptación para rediseñar la infraestructura considerando escenarios futuros, lo cual constituye una estrategia que, aunque no elimina el riesgo, fortalece las capacidades locales de respuesta y adaptación.

Francisco Díaz, quien tiene una amplia experiencia en reaseguro internacional, destacó la relevancia de las alianzas entre los sectores público y privado para construir una resiliencia a largo plazo. Él mencionó que el seguro paramétrico en Quintana Roo, financiado parcialmente con los impuestos turísticos, permite la respuesta inmediata tras un evento al destinar recursos a la restauración del ecosistema. Además, el representante de Swiss Re evocó el caso del huracán Katrina en Nueva Orleans, donde la re- construcción implicó mejoras en la infraestructura y la normativa, gracias a las cuales un evento similar hoy tendría un impacto económico menor, pese al crecimiento poblacional y la inflación, lo que demuestra el valor de la prevención.

Jorge Claude subrayó que el concepto de resiliencia ha sido parte del ADN del seguro, pero que ahora se requiere un enfoque más proactivo. “Ya no basta con pagar siniestros. Los niveles de daño actuales son inmanejables sin prevención”, dijo. Él destacó la necesidad de aprovechar los datos, los modelos y la tecnología, para diseñar productos innovadores que respondan a las nuevas realidades climáticas. Además, el experto comentó que en Chile la ley obliga a los municipios a tener planes de recuperación ante desastres, lo cual ha mejorado la preparación frente a eventos sísmicos; no obstante, advirtió que hay rezagos con respecto a los riesgos hidrometeorológicos, como lluvias intensas y vientos extremos, debido a la falta de información adecuada.

Como conclusión, los participantes coincidieron en que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente, por lo cual el sector asegurador, los gobiernos y las comunidades deben colaborar estrechamente para mantener la asegurabilidad de los riesgos, fortalecer la resiliencia y proteger el desarrollo sostenible, especialmente de las poblaciones más vulnerables.

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