Adrián Palacios Ramírez / Reportero, Revista Siniestro
En esta ocasión, entrevistamos al promotor Jorge Flores de la compañía EFA y Asociados, quien compartió con nosotros un caso conmovedor que le impactó mucho y que demuestra cómo un seguro puede marcar la diferencia en los momentos más difíciles, incluso en las comunidades más remotas del país.
El caso comienza con uno de sus asegurados, un hombre de escasos recursos que vivía en una comunidad indígena ubicada en una zona de Durango. Debido al aislamiento de la zona, llegar a su trabajo requería caminar durante dos días completos por caminos de terracería y zonas de difícil acceso. En su trayecto, solía descansar en una casa donde comía y se reponía antes de continuar. Aunque sus recursos eran limitados, este hombre pensó en proteger a su familia, por lo que había adquirido una póliza de vida con descuento por nómina, cuyo costo era de apenas 200 pesos quincenales. Él jamás imaginó que esa decisión sería crucial para el futuro de sus hijos. Lamentablemente, en uno de sus viajes al trabajo ocurrió una tragedia. Por razones desconocidas, una persona lo siguió durante al menos diez horas y, en un acto violento, le disparó con un rifle, arrebatándole la vida de forma repentina e inexplicable.
La noticia llegó con dolor a la comunidad y al equipo de asesores de la compañía. De inmediato se inició el proceso de indemnización. Un gran reto fue que la familia del asegurado solo hablaba su dialecto originario, lo que complicaba la comunicación; sin embargo, gracias al compromiso y acompañamiento de los asesores locales, se logró realizar el trámite de forma correcta. Finalmente, la familia recibió la suma asegurada de 400 mil pesos. Lejos de hundirse en el dolor, los beneficiarios tomaron la ayuda como un impulso para salir adelante. Los hijos del asegurado se trasladaron a la ciudad de Durango para continuar sus estudios y, años después, lograron graduarse como profesionistas, lo cual les permitió construir un mejor futuro para ellos y su comunidad. Para Jorge Flores, este caso representa mucho más que una simple póliza pagada, pues es un testimonio de cómo el seguro puede tener un impacto real, sobre todo en lugares donde el acceso a la información y los servicios financieros es escaso. La confianza construida con las personas, a pesar de las barreras lingüísticas y culturales, implicó un enorme reto y una gran recompensa. Este caso nos recuerda que todos, sin importar nuestra condición o ubicación, merecemos acceso a la protección financiera y que una decisión tomada a tiempo puede proteger a una familia, cambiando su destino.
