Planes de ahorro y vida, Usuario

Cinco enfoques para repensar los sistemas de pensiones

Mauricio G. Arredondo Fernández Cano / Director general, CEI marredondo@examencei.com.mx

En México la estructura demográfica está cambiando como resultado del desarrollo social, económico y científico. La población envejece: en 1950 el 3 % de los mexicanos tenía más de 65 años, pero en 2050 esa cifra superará el 17 % debido a los avances en salud pública, educación, condiciones laborales y reducción de la fecundidad, y sus implicaciones no han sido plenamente asumidas por nuestras instituciones.

Este fenómeno plantea retos profundos a los sistemas de salud, al mercado laboral y a los sistemas de pensiones. La respuesta institucional, económica y política va varios pasos detrás, el envejecimiento no es un problema del futuro, sino una realidad del presente. Los sistemas de pensiones son un asunto actuarial y económico, político, social, ético y generacional.

Hablar de pensiones es abordar en qué modelo económico vivimos, cómo trabajamos, cuánto ganamos, cuánto ahorramos y cuánto vivimos. Las pensiones son el espejo de nuestras trayectorias laborales y desigualdades, de las políticas públicas que nos han formado y de las decisiones individuales tomadas o postergadas a lo largo de la vida. Entender la economía de las pensiones es analizar dónde se cruzan variables demográficas, actuariales, laborales, conductuales, macroeconómicas y fiscales.

Millones de personas llegarán a la vejez sin una pensión suficiente o incluso sin ella debido a la informalidad, bajos salarios, trayectorias laborales interrumpidas, escasa educación financiera, nula planificación previsional y sesgos cognitivos, entre otras. No solo es asegurar un ingreso para la vejez, sino comprender cómo organizar los recursos para garantizar el bienestar en el último tramo de la vida. Aquí exploraremos cinco enfoques económicos que permiten articular una agenda integral sobre los sistemas de pensiones y el envejecimiento:

1. Economía del comportamiento. ¿Por qué la gente no ahorra para su retiro si sabe que debe hacerlo? Exploraremos los sesgos cognitivos, las emociones y los marcos mentales que afectan nuestras decisiones de ahorro, y cómo las herramientas de la arquitectura de decisiones contribuyen a diseñar mejores políticas públicas.
2. Economía laboral. ¿Cómo impacta la estructura del mercado laboral en los sistemas de pensiones? Analizaremos la informalidad, la inestabilidad laboral, las brechas de género, el salario mínimo, la densidad de cotización y la falta de protección social como causas estructurales del bajo acceso a pensiones adecuadas.

3. Economía del envejecimiento. ¿Qué implica para un país tener más personas mayores? Estudiaremos los impactos económicos de la longevidad, el envejecimiento activo, la dependencia funcional, la demanda de cuidados, el gasto público en salud y la llamada economía plateada.

4. Desarrollo económico y equidad. ¿Pueden las pensiones contribuir a una sociedad más justa? Revisaremos cómo los sistemas previsionales reflejan y pueden revertir la pobreza en la vejez, las desigualdades acumuladas a lo largo de la vida laboral y la exclusión financiera, así como detonar la movilidad social.

5. Macroeconomía y sostenibilidad del sistema. ¿Cómo afecta el envejecimiento a las finanzas públicas? Discutiremos la presión fiscal de los sistemas de reparto, la viabilidad de los fondos de capitalización, el papel del Estado y las implicaciones macroeconómicas del gasto en pensiones, su impacto en las finanzas públicas, su relación con el Producto Interno Bruto (PIB), la deuda, el gasto social y la necesidad de construir marcos fiscales sostenibles pero equitativos.

Este texto inaugura una serie mensual en la que exploraremos los múltiples ángulos ante el desafío de los sistemas de pensiones en un país que no está preparado para envejecer, reflexionar en cómo queremos envejecer, en qué condiciones llegarán millones de personas a la vejez y qué sociedad estamos construyendo para acompañarlas. El propósito no es cerrar el debate, sino abrirlo, porque el sistema de pensiones no es un asunto del mañana, sino una responsabilidad compartida del presente.

*Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la posición institucional del Centro de Evaluación para Intermediarios, S. C. y del Colegio Nacional de Actuarios, A.C.

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