Armando Rodríguez Elorduy / Director General Sofimex
Este es un aniversario muy especial. Desde 1995 cuando se hizo un esfuerzo para reconocer el centenario de fianza en México, no se había vuelto a conmemorar esta fecha: junio de 1895, como el origen en que oficialmente aparece la fianza en México.
El 3 de junio de 1895 se publicó el decreto en el Diario Oficial de la Federación que otorgaba a empresas privadas, la concesión para que Compañías Mexicanas o extranjeras que estuvieran legalmente constituidas realizaran operaciones de caución, en particular para el manejo de funcionarios y empleados y de cualquier persona que tengan responsabilidad en el manejo, administración de recursos en favor y para el gobierno federal, estatales y municipales. Así nace la fianza de empresa, cuyo principal objetivo era caucionar al funcionario público, este tipo de fianza es la que ahora conocemos como Fianza de Fidelidad, el primer ramo que da origen a lo que con los años se expandió para garantizar una gran diversidad de contratos financiados sobre todo con recursos públicos.
Diversas instituciones de fianzas han existido, alguna de ellas aún en operación. A pesar de no ser tan conocido por el público en general por ser tan especializado, el sector lleva años operando y ha respondido eficazmente a las necesidades del Estado al salvaguardar los intereses y recursos públicos, velando por la debida inversión en bienes y servicios públicos.
La fianza de empresa y las instituciones especializadas y autorizadas para hacerlo son fundamentales en el desarrollo de México, logrando con éxito mejorar su infraestructura con la construcción de escuelas, universidades, hospitales, infinidad de carreteras, exploración y explotación de petróleo, proveedurías diversas como medicamentos al sector salud, en fin, las grandes obras icónicas de México han sido afianzadas por estas instituciones y se han concluido con éxito.
Un dato relevante es que los proyectos que se afianzan inhiben el incumplimiento de los contratistas y/o proveedores de servicios ante el gobierno. Tenemos el dato de que el 95% de lo que se cubre con una fianza se cumple y se concreta.
Tuve el honor de presidir la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG) durante el periodo 2016 al 2018, fue una de las etapas más enriquecedoras y desafiantes de mi carrera profesional, me dejó un gran aprendizaje, un acercamiento con diferentes sectores de nuestro país, con autoridades renuentes o no muy convencidas de los beneficios de la fianza, lo que nos llevó a realizar un intenso trabajo con distintas entidades y autoridades que regulan y requieren la fianza.
Realizamos trabajos de depuración con entidades como el SAT, dimos cursos y pláticas a servidores públicos para entender cómo opera la fianza, cómo actuar ante un incumplimiento, cómo integrar debidamente una reclamación, y proveer de conocimientos y acuerdos que sumen a la mejor relación entre las partes. Fue un buen trabajo, realizado con compañeros de la asociación y funcionarios colegas de otras instituciones. La satisfacción más grande fue poder regresar o bien retribuir con mi tiempo al sector que me ha dado tanto por generaciones.
Quiero agradecer a Mario Carrillo López, quien ha sido una persona muy cercana al mundo de las fianzas, a los beneficiarios, autoridades y un gran conocedor e impulsor de la fianza en México.
