SINIESTRO GASTOS MÉDICOS, Usuario

Un siniestro que llegó a buen término

Roxana Vélez Pérez / Coordinadora editorial, Revista Siniestro

La agente de seguros Rosario Cervantes, quien trabaja desde hace más de 40 años en distintos ramos del sector asegurador e intermedia para tres aseguradoras, compartió con nosotros el siniestro del hijo de uno de sus asegurados, quien practica futbol americano de forma amateur.

Durante la pandemia, en 2022, el papá del joven de 28 años se puso en contacto con Rosario para comprar un seguro de gastos médicos para su hijo. Durante la conversación, el cliente especificó el tipo de deporte que practicaba el chico. El 1 de marzo del mismo año, una vez definidos los términos, Rosario ingresó la solicitud en la aseguradora. Mientras este trámite estaba en curso, durante un entrenamiento, el joven recibió una fuerte patada en la rodilla. Esto sucedió 23 días después de haber solicitado el seguro.

Debido a la gravedad del accidente, los familiares del chico lo trasladaron de inmediato al hospital, donde se realizó una resonancia de rodilla para ver el grado de la lesión antes de dar un diagnóstico. El médico solicitó su ingreso porque necesitaba una intervención quirúrgica para atender un trastorno interno de la rodilla. Por desgracia, pronto surgieron los contratiempos: luego de permanecer durante dos días internado y obtener el alta, el joven fue retenido por el hospital debido a que la aseguradora todavía no había autorizado el siniestro. El cliente solicitó el apoyo de Rosario, pues no quería que su hijo permaneciera un día más en el hospital porque esto incrementaría los gastos. Esa misma tarde, la agente le informó que el siniestro entraría como reembolso. Él pagó cerca de 500 mil pesos para que el chico pudiera salir.

Cuando parecía que los problemas habían acabado, surgió otro. Rosario presentó las facturas de su cliente —estudio realizado, hospitalización, honorarios médicos del cirujano, injerto de cadáver y otros gastos— a la aseguradora para solicitar el reembolso, pero estas fueron sometidas a una investigación antes de definir si la reclamación procedería, ya que había transcurrido un periodo muy corto entre la emisión de la póliza y el accidente.

Tras 18 meses de espera, en agosto de 2023, la aseguradora se comunicó con Rosario para solicitar un comprobante de domicilio reciente y un estado de cuenta del cliente. En septiembre del mismo año, la compañía le depositó al señor un cheque por un poco más de 300 mil pesos, pero no reembolsó una factura de 147 mil pesos, correspondiente al injerto, porque este no fue autorizado por la aseguradora.

De esta manera se cerró el siniestro.

La póliza contratada tiene una suma asegurada de 20 millones de pesos. En este caso, por tratarse de un accidente, no se pagó deducible ni coaseguro. Por fortuna, el asegurado no requirió ningún tipo de rehabilitación. Cabe destacar que el cliente es un hombre consciente de lo que significa contar con la protección de un seguro. Por ello, todos los integrantes de su familia y sus bienes también están bien asegurados.

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