Gastos medicos y de salud, Usuario

Conserva los beneficios al migrar de una póliza colectiva a una individual


Las pólizas empresariales de gastos médicos mayores (GMM) forman parte de las prestaciones que las empresas ofrecen a sus colaboradores.

Roxana Vélez Pérez / Coordinadora editorial, Revista Siniestro

Para conocer más sobre la importancia de estas protecciones y la forma correcta de darles continuidad una vez que se termina la relación laboral con la empresa, platicamos con Rosario Orozco, promotora de Asesores en Soluciones Personales, Agente de Seguros, y con Juan Alberto Vélez, director general de Agente Top.

Rosario, quien colabora con MetLife, señala que una póliza grupal o colectiva representa un beneficio sumamente relevante, ya que brinda seguridad y protección al patrimonio de los empleados y sus familias. De acuerdo con ella, la protección médica es tan valiosa que, al concluir la relación laboral, es fundamental tomar las medidas oportunas para mantener la cobertura y no perder los años de antigüedad acumulados.

Juan Alberto dice que, cuando un colaborador tiene un seguro de GMM como prestación, puede mantener la cobertura, aunque salga de la colectividad o de la empresa. Explica: “Los seguros de exceso o de extensión fueron diseñados para que el colaborador de una empresa con una póliza de GMM como prestación complemente el seguro básico, pues permiten aumentar la suma asegurada, la cual normalmente es baja en la póliza de la empresa. Los seguros de continuidad o conexión permiten al colaborador contratar una póliza individual una vez que sale de la colectividad”.

Rosario afirma que, cuando el asegurado migra su póliza colectiva a una individual, conserva los beneficios adquiridos durante su estancia en la empresa. Para que este proceso sea válido y se respete la antigüedad, el trámite debe realizarse dentro de un plazo máximo de 30 días naturales posteriores a la baja de la póliza empresarial o en el tiempo indicado por las condiciones de la aseguradora. Cumplir con este requisito garantiza que el asegurado no pierda la continuidad de su cobertura ni los beneficios asociados a su historial médico en el seguro, ya que una interrupción en la cobertura podría implicar la pérdida de condiciones favorables o la necesidad de cumplir nuevamente con los periodos de espera.

De acuerdo con Juan Alberto, aunque no todas las aseguradoras ofrecen la cobertura de exceso o de conexión, aquellas que sí la ofrecen permiten su contratación incluso si la póliza básica está con otra compañía; sin embargo, si existe la posibilidad, es mejor adquirirla con la misma aseguradora.

Ambos agentes coinciden en que uno de los principales retos que enfrentan los colaboradores asegurados es la falta de asesoramiento adecuado. Por ejemplo, cuando acuden directamente a un hospital, sin recibir la orientación oportuna de su agente, se generan confusiones, gastos innecesarios e incluso la pérdida de beneficios, y cuando son desvinculados de sus empresas y pierden el beneficio de la póliza colectiva de GMM, se enteran de que pudieron haber contratado la continuidad de su protección.

Para finalizar, Juan Alberto recomienda a los colaboradores leer las pólizas para conocer qué les está ofreciendo su empresa: condiciones generales, sumas aseguradas, deducibles, coaseguros, beneficios dentales o visuales, coberturas —como la de maternidad o la de emergencia en el extranjero—, exclusiones y periodos de espera. Mientras que Rosario enfatiza que los agentes de seguros deben continuar capacitándose de forma constante para ofrecer un servicio de calidad y una atención personalizada a los usuarios, porque el agente es el vínculo más importante entre la aseguradora y el asegurado, así que su labor puede marcar la diferencia en situaciones donde la asesoría y el acompañamiento resultan fundamentales para mantener la protección médica.

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