Agente, Sector Asegurador

Desafíos para 2026

Raúl Carlón Campillo / Director general, Tranquilidad y Proyección tranquilidadyproyeccion@gmail.com

Inicia 2026 con desafíos que arrastramos desde hace décadas. La brecha de aseguramiento en bienes y personas, a pesar de mostrar reducciones marginales, sigue siendo un pendiente mayúsculo para un sector que cierra un ciclo anual con cifras espectaculares en su conjunto, pero lamentables cuando se comparan con las pérdidas materiales, de salud y de vida que enfrentan millones de personas. La educación financiera —indispensable para considerar el seguro como una adquisición imprescindible— enfrenta el desafío mayúsculo de influir de manera real en las decisiones que toman las personas cuando reciben dinero, incrementan sus ingresos o generan recursos extra a través de actividades que eligen o deben desarrollar. La AMIS ha subrayado su decisión de trabajar para incrementar de forma sustancial esa educación financiera y hacer inclusivo el seguro en todos sus ramos.

Las medidas recaudatorias, que presionan las ya elevadas tarifas de los seguros médicos tradicionales y las coberturas de automóviles, preludian un ciclo complejo en los aspectos técnicos y operativos indispensables para mantener en niveles competitivos este tipo de contratos. No obstante, los cerca de 14 millones de personas con una póliza médica y los aproximadamente 15 millones de vehículos amparados por un seguro evidencian la importancia de contar con una protección cuando los recursos propios son insuficientes para pagar pérdidas, las cuales pueden ser cuantiosas. Encarecer las pólizas aleja a muchos de contratarlas o conservarlas. Se requiere creatividad para diseñar productos inclusivos.

Las políticas públicas que incluyan el seguro catastrófico en el pago del predial de todas las viviendas y el seguro obligatorio de vehículos en el pago de la tenencia podrían ser mecanismos adicionales para ampliar la cobertura, aprovechando los esquemas fiscales ya existentes. En materia de seguros de personas, la inclusión de una cobertura colectiva por fallecimiento de los contribuyentes, equivalente al importe promedio de un quinquenio anualizado de ingresos declarados, puede ser una medida que permita a la familia enfrentar esa pérdida, reduciendo la necesidad de programas sociales sin estrategias viables de fondeo.

En materia de salud, el sector enfrentará su mayor reto técnico, operativo y administrativo, pues deberá demostrar una vez más su destacada habilidad de negociación con las redes de proveedores que ha construido desde hace más de 40 años y participar con maestría en el cabildeo con las instancias gubernamentales para construir en armonía un modelo de atención médica privada, tanto preventiva como correctiva, que sea accesible para todos. Finalmente, un aspecto vital para sembrar, cultivar y expandir la educación financiera en materia de previsión es la intermediación profesional. Las aseguradoras deben trabajar en el reclutamiento y la formación de nuevos agentes. A las estrategias digitales presentes en el sector y en las aseguradoras debe sumarse el talento de intermediarios capacitados y certificados para difundir la educación financiera.

2026 implicará desafíos mayúsculos, pero el sector asegurador mostrará, como siempre, su fuerte compromiso con el país y la mutualidad asegurada.

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