Agente, Sector Asegurador

Siniestro de las Torres Gemelas de Nueva York

Juan Carlos Eugenio Tavera Carrillo / Subdirector de Reaseguro, Seguros B×+ juan.tavera@segurosvepormas.com

Recordaremos en estas líneas lo que el mercado asegurador, reasegurador y retrocesionario hizo a nivel mundial para enfrentar, confrontar y remediar las terribles pérdidas de vidas, bienes y valores que representó el siniestro de las Torres Gemelas, las cuales fueron destruidas el 11 de septiembre de 2001. Han pasado más de 20 años desde aquel suceso y nadie lo ha olvidado. Este acontecimiento afectó no solo al seguro y el reaseguro, sino también al mundo en general. La destrucción del World Trade Center de Nueva York, mediante un evento de terrorismo internacional, fue devastadora. Para el mercado de seguros, la pérdida directa e indirecta ascendió a 170 mil millones de dólares.

Las pólizas contratadas para esta propiedad databan de 1973, año de la inauguración de los dos edificios y los demás bienes asegurados del complejo. Es muy importante resaltar que el WTC tenía cobertura contra actos de terrorismo y que, el 25 de julio de 2001, las autoridades portuarias de Nueva York cedieron, bajo contrato de arrendamiento por 99 años, estas propiedades a la firma Silverstein Properties, por lo que las Torres Gemelas quedaron aseguradas en una nueva póliza confeccionada por el bróker Willis.

Aunque el arrendamiento se firmó en julio de 2001, la póliza definitiva aún se encontraba en fase de colocación y suscripción final en septiembre de ese año. El bróker había sometido la propuesta a los reaseguradores para su aceptación, pero todavía no se había cerrado completamente la suscripción, ya que muchos llevaban décadas cubriendo el riesgo del World Trade Center y negociaban condiciones específicas.

En el momento del siniestro, las Torres Gemelas estaban aseguradas por un máximo de 3 550 millones de dólares, valor estimado para cada una de ellas, lo cual representaba un infraseguro, ya que el costo era superior. ¡Nunca se pensó que las dos torres podían ser afectadas por un mismo evento o tener daño al mismo tiempo!

La póliza vigente cuando ocurrió el evento cubría los siniestros de incendio y líneas aliadas, incluyendo terrorismo asegurado a primer riesgo hasta un límite por evento u ocurrencia de 3 550 millones de dólares, con una cláusula de reinstalación automática de la suma asegurada. Con lo anterior se podía cubrir hasta dos eventos en un año por el límite pactado inicialmente, es decir, 3 550 millones de dólares. De esta manera, si hubieran existido dos siniestros el 11 de septiembre de 2001, la cantidad a indemnizar podría haber sido de 7 100 millones de dólares, pero la póliza especificaba que la ocurrencia se definía como todas las pérdidas o daños atribuidos a una misma causa o serie de causas, por lo que las pérdidas deberían ser acumuladas y el valor total de las mismas sería considerado en una misma ocurrencia, independientemente del lapso o del área en los cuales sucediera, de acuerdo con la versión de las condiciones generales de la póliza.

De acuerdo con varios fallos de los tribunales de Nueva York, no se pudo sostener que el ataque al WTC consistiera en dos hechos, es decir, dos aviones de distintas líneas aéreas con una separación de 16 minutos que chocaron con cada una de las dos torres principales. Esto no fue aceptado. Luego de varios juicios, se determinó que se trató de un solo evento.

Se supo que un grupo fundamentalista musulmán suicida pensó, armó y dirigió el inteligentísimo atentado que preparó por más de dos años y usó como bombas incendiarias de gran potencia los aviones pertenecientes a líneas aéreas norteamericanas, para producir la mayor cantidad de pérdidas imaginables de vida y valores.

En 2007, Silverstein Properties presentó otra reclamación, argumentando que los ataques constituían dos ocurrencias separadas. Un tribunal de Nueva York falló a su favor, determinando que la cobertura era de 7 mil millones de dólares, así que las compañías de seguros tuvieron que pagar la reclamación y el caso se cerró. La pérdida total por los siniestros del 11 de septiembre fue de 170 mil millones de dólares en vidas, daños materiales, remoción de escombros, remediaciones,

pérdida de ganancias, daños psicológicos y reparación tanto de edificios adyacentes como de las líneas del subterráneo que pasaba por debajo de las Torres Gemelas. El seguro fue tocado en su más íntimo proceder, ya que se produjo la muerte de la totalidad de los empleados y funcionarios de dos de los mayores brókeres de seguros y reaseguros, instalados en los pisos altos de la torre norte: 290 personas de Marsh y 175 de AON.

Entre las aseguradoras que emitieron pólizas de daños estuvieron Allianz, Zurich, Royal Sun Alliance y Liberty. Entre las coberturas que operaron en esta pérdida estuvieron: daños materiales, responsabilidad civil respecto a los edificios en linderos, lucro cesante, accidentes de trabajo, aviación, cancelación de eventos, responsabilidad civil aviación, accidentes personales y vida.

Es cruel mencionar las pólizas y los números después de tanta muerte, dolor y destrucción que hubo, pero saber que el seguro puede paliar semejante horror nos da fuerza a los que nos dedicamos a él para seguir trabajando en mejorar un contrato que honra al ser humano, esforzándose por limitar las pérdidas que la sociedad puede sufrir por la naturaleza no dominada, el hacer negligente o los actos como el sucedido el 11 de septiembre de 2001.

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