La Act. Ana María Ramírez asume la presidencia del Conac
El 19 de junio del presente año, la Act. Ana María Ramírez fue nombrada presidenta del Consejo Directivo del Colegio Nacional de Actuarios (Conac) para el período 2019-2021. El nombramiento estuvo a cargo del ahora expresidente de la asociación, el Act. Luciano Devars.
En su discurso, la actuaria agradeció a las personas que la apoyaron con su voto para que ella y su equipo de trabajo tengan a cargo el Consejo Directivo y dirijan la institución durante los próximos dos años.
Revista Siniestro tuvo la oportunidad de platicar con Ana acerca del papel de los actuarios dentro del sector asegurador, así como de sus expectativas como presidenta.
¿Cuál es el papel del Conac en el sector asegurador?
Actualmente, la asociación reúne a los actuarios que están en el mercado de los seguros. Ellos tienen un papel preponderante no sólo desde el punto de vista técnico relacionado con el cálculo de riesgos sino también desde el aspecto formativo, ya que su formación es más interdisciplinaria, lo que les permite entender el negocio de una forma más completa.
El colegio está buscando tener una mayor interacción con el sector asegurador. No sólo pretendemos acercarnos a las compañías aseguradoras sino también a los agentes y a los diferentes entes que conforman el sector, de tal forma que el trabajo en conjunto se convierta en una relación ganar-ganar, es decir, en algo satisfactorio para ambas partes.
De hecho, el esfuerzo que realiza el Conac para reunir a los actuarios diseminados en diversos ramos del mercado asegurador permite la coexistencia de diferentes perspectivas que se reflejan en el diseño de nuevos productos de seguros.
¿Qué significa ser la presidenta actual del Conac?
Una responsabilidad muy grande porque se trata de representar a la profesión actuarial, que es muy diversificada. Creo que las especialidades, como las de seguros y de consultores, están unidas; sin embargo, permanece el reto de lograr que más actuarios se integren a la institución y experimenten la pertenencia al gremio.
Un segundo logro que se espera alcanzar en este bienio es llegar a los más jóvenes. Por ello, los egresados de cualquier universidad, que cuenten con la carrera de Actuaría, obtendrán su afiliación automática al Conac desde el momento de su titulación, con una membresía por un año, ya que buscamos que estas nuevas generaciones también se identifiquen con el colegio y que nosotros podamos contar con sus aportaciones.
¿Cómo ingresó al Conac?
Desde que comencé a trabajar me convertí en miembro de la Asociación Mexicana de Actuarios (AMA). Trabajaba en una consultoría de seguros y allí nos afiliaron a todos. Después, participé activamente en esta asociación y, en 2004, me convertí en presidenta de ella. Fue entonces cuando me tocó trabajar en la certificación junto con el Conac. Finalmente, me quedé aquí porque quería lograr una mayor integración del gremio. En la AMA sólo se encuentran reunidos los actuarios del sector asegurador; en el Conac, los de todos los ramos. Yo quería ampliar mi visión de la carrera de Actuaría, así que me integré al Consejo Directivo y después lancé una planilla para buscar el cargo de la presidencia.
¿Qué les recomendarías a las mujeres para que se atrevan a ocupar puestos directivos, pese a la desigualdad laboral que viven?
Yo creo que las oportunidades existen, pero, a veces, desafortunadamente, somos nosotras mismas quienes nos ponemos trabas para llegar a cargos directivos, dirigir asociaciones, enfrentar grandes retos y aprovechar oportunidades. Las invito a que se animen. Las mujeres tenemos que ser más polifacéticas y, de hecho, ya lo somos, porque asumimos roles adicionales a los que tiene un hombre.
Todas deben voltear a ver a quienes nos hemos atrevido a ocupar cargos directivos, y entender que sí es posible. Creo que la mujer tiene una fortaleza y un impulso impresionante, lo cual tiene que utilizar para ir cada vez más alto.
Cada día hay más mujeres ocupando roles directivos. Sin embargo, pienso que al final no sólo se trata de que en una organización haya tanto hombres como mujeres, sino de que exista un equilibrio que fomente un ambiente más sano.
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